Torrijos - Toledo

Mañana la burla al Pueblo Español en el Parlamento va a ser cósmica.

Espero que los portavoces de todos los partidos políticos directamente le conminen a dimitir sin darle margen para más contemplaciones ni escuchar el extenso panegírico que le han escrito los guionistas sobre el desarrollo y buen resultado de sus políticas, porque eso si que es realmente falso, falso, falso.

La basca pepera le va a aplaudir al tarado plasmático durante tiempo indefinido porque tiene la consigna de hacer perder tiempo al Parlamento y sobre Bárcenas, va a decir de pasada que ya ha dicho todo lo que tenía que decir.

Tenemos que hacer caso de la arenga de Pons cuando nos instaba durante el mandato de Zapatero a que saliéramos a las calles como hacían los egipcios para echar al presidente socialista de La Moncloa, porque a este tipo no hay quién lo eche; es de material plástico y todo le resbala sobre el plasma.

Terminará echándonos él a "ancha es Europa" que prolonga España allende los Pirineos como en los tiempos de Flandes.

Para estos España es suya y los demás tenemos el mundo entero a nuestra disposición. Si dijera la verdad, a la calle; si dijera que no sabía nada, a la calle; si dijera que todo es mentira, a la calle. Pero cá, la cara de este tiparraco no es de cemento, es de hormigón armado.

Lo de la otra, la Cospe, en el juzgado se producirá una amalgama de juramentos y medias verdades, pero como son todos ellos muy cristianos católicos, seguramente no tendrán nada que temer. A fin de cuentas, Dios los cría y el diablo los protege.

Saludos.

Lo dicho.

Para decir lo que ha dicho ha estado siete meses arrastrando los pies y ha habido que sacarle de la Moncloa con el gancho de sacar a los cochinos para la matanza.

Lo de este tío es antológico.

Saludos.

Tras la demagogia de cuatro datos económicos, a los que se agarra como clavo ardiendo, entró en el asunto que ha taponado los ventrículos de todos los españoles. Una comparecencia indecente que comenzó echándole la culpa al juez Garzón y al ministro Bermejo, autores de una cacería de la que el PP es tan solo una víctima.

El "me equivoqué", reconoció Rajoy, no es suficiente para la democracia. No cabe decir que solo rinde cuentas en relación a lo probado judicialmente. Confunde, en su ignorancia o en su impostura, la verdad judicial y la responsabilidad política.

La Cámara Alta tuvo que soportar la peor versión de Rajoy; las del tramposo parlamentario de escasas habilidades, citando comparecencias de Rubalcaba, sabedor de que son casos distintos, buscando desesperadamente la complicidad y la nebulosa de la hemeroteca.
Mientras, la bancada de la derecha aplaudía con el fervor de las que pasaron de ser plañideras a desesperados náufragos.

Con la voz seca, compareciento a un "senao" -según su descuidada pronunciación-, cargó también contra la prensa, como propagadora de las insidias que sufre su partido.

Lo peor fue cuando definió el caso como "el barrunto de toda sospecha". Confiado de que el inocente no tiene la carga de la prueba, miraba a Rubalcaba mientras éste le desgranaba brillantemente los hechos que piden a gritos que se vaya.

El récord del cinismo lo alcanzó criticando la amenaza de moción de censura, "hecha de forma torticera", amenazando -se atrevió a decir-, la estabilidad de la deuda pública.

La evidencia de su responsabilidad, descaro y cinismo, fue proponer él a todos los españoles, él, un plan nacional de regeneración democrática.

Una vergüenza para un país que necesita un presidente que no les mienta en una comparecencia indecente.


@AntonioMiguelC