Detengan al culpable, la realidad. Mariano Rajoy ha identificado por fin al culpable de nuestra ruina, de que vayamos de mal en peor. El culpable es "La Realidad", una señora más antipática que Ángela Merkel, agazapada extramuros del palacio de la Moncloa aplicada a arruinar los buenos intentos de su inquilino. "Quien me ha impedido cumplir mi programa – asegura el presidente español a cuatro diarios de desigual categoría – ha sido la realidad". Recojo su frase textual para que no haya sospechas de manipulación por mi parte. Lo ha dicho así de claro y hay que agradecérselo porque nos da una muestra definitiva del pensamiento mágico y surrealista de un personaje que exhibía como su mayor activo: su previsibilidad. Antes nos había asegurado que haría lo que tenía que hacer aunque hubiera prometido no hacerlo que es justo lo contrario de lo que se entiende por previsible. Es también, desgraciadamente, lo opuesto a lo que se entiende por liderazgo. Se confirma una vez más que nuestro presidente ha dejado de ser responsable de sus actos por lo que sería injusto que los ciudadanos le pidan cuentas. Las reclamaciones hay que remitirlas pues a "La Realidad", al empedrado o al maestro armero. |