El socialismo español El socialismo español continúa avanzando por la senda emprendida bajo el mandato de Zapatero, y terminará pagando una durísima factura por sus errores y carencias. Convertido únicamente en una maquinaria al servicio de la victoria electoral y de la permanencia en el poder, el socialismo en España ha aprendido a convivir con la corrupción, parece haber abandonado los viejos principios, se ha hecho compatible con socios poco escrupulosos y de ideología contraria, tolera demasiadas irregularidades y necesita, con urgencia, una drástica revolución ética, si quiere tener algún porvenir en una España futura, más limpia y democrática. La política impulsada por el socialismo ha constituido un verdadero drama para España. En Andalucía, los escándalos generan vómitos y vergüenza; en el Baleares socialista se sanciona académicamente a niños por utilizar el idioma español en las escuelas; en Cataluña los socialistas han propiciado la ruina económica y el auge de un nacionalismo que persigue a los castellanoparlantes y que alimenta cada día más el independentismo y los privilegios; en Extremadura la obligación de someterse al poder es casi ineludible para los empresarios porque es casi imposible sobrevivir al margen del denso poder de la Junta; en muchas autonomías, el socialismo gobernante margina de los contratos y concursos públicos a gente cuyo único pecado es ser crítico; en Galicia gobernaron con tanta arrogancia y despilfarro que el pueblo sentenció su derrota en las urnas; allí donde gobierna el socialismo se genera arbitrariedad, se estimulan el desempleo y la pobreza y surgen no sólo marginación e injusticia sino también una vergonzosa fuga de cirujanos, médicos y otros profesionales en busca de sitios mejores. Muchos viejos izquierdistas que conservan el sentido de la honradez y muchos ciudadanos cansados de soportar corrupción y gobiernos arrogantes e ineficientes, han descubierto ya que; en algunos casos, están siendo gobernados por gente poco recomendable, lo que les empuja hacia la disidencia frente a un sistema político que no sólo genera vagos, chorizos y hasta delincuentes, sino que, además, carece de filtros para evitar que los "pájaros" vuelen libres y hasta lleguen al poder. Algún día tendremos que taparnos la nariz colectiva y nos inundará el bochorno cuando descubramos que el "boom" de la construcción convirtió la política española en un estercolero, con tantos políticos, alcaldes y concejales procesados por corrupción o bajo sospecha que la Fiscalía Anticorrupción no da abasto. La España que sostiene el "Zapaterismo" no resiste la prueba del algodón porque convive con lo corrupto y porque es capaz de asociarse con partidos antiespañoles y de escasos principios con tal de gobernar, lo que implica que, tarde o temprano, será barrida por una revolución ética que España necesita como el comer para poder regenerarse y resurgir. El pueblo no les perdona sus traiciones, el futuro se les está tornando amenazador y se acercan tiempos de zozobra. |