desigualdades Del Pais, hoy por Enrique Gil Calvo es catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Y en el campo de la sanidad y los servicios sociales sucede lo mismo, pues siempre hay presupuestos disponibles para subvencionar la medicina de calidad (trasplantes, por ejemplo), donde alcanzamos niveles de excelencia internacional, mientras se abandonan a su suerte los primeros niveles de atención primaria, con gravísimo déficit en medicina de familia, servicios de urgencias, asistencia domiciliaria y número de plazas hospitalarias o geriátricas. De ahí que también aquí aparezca la segregación en dos redes, una pública masificada y otra privada que suple las carencias de aquella… … Una desigualdad que no depende tanto de razones geográficas o culturales como del modelo de capitalismo (financiero o productivo), del credo ideológico (liberal o socialdemócrata) y, sobre todo, del tipo de sistema político. En efecto, los sistemas electorales proporcionales y multipartidistas, donde el poder se reparte entre todos, son los más igualitarios. Y, en cambio, los mayoritarios y bipartidistas de tipo Westminster, donde todo el poder es para el ganador, son los más desiguales. Esto explica la desigualdad de nuestro país, cuyo sistema es oficialmente proporcional pero en la práctica mayoritario. Pero si las causas de la desigualdad son discutibles, sus efectos no lo son, pues como demuestra el imprescindible libro de Wilkinson y Pickett (Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva, Turner, 2009), su crecimiento genera profundo malestar colectivo en la medida en que multiplica con creces todos los problemas sociales. Algo en lo que convendría pensar a la hora de elegir a las autoridades locales, de quienes depende precisamente el fiel de la balanza entre igualdad y desigualdad social. Una opinión más |