Sonseca - Toledo

¿Es cierto lo que cuentan de Guadalajara?


JESÚS FUENTES LÁZARO
Paulatinamente va bajando la marea de las encuestas. Lo que no significa que vayan a desaparecer del todo.

Pero a medida que se aproximan las elecciones –la única encuesta efectiva, repiten los políticos con voz aburrida –las intenciones de voto, supuestos o cocinados o imaginarios, empiezan a desaparecer. Se pasa de las manipulaciones tendenciosas a las cautelas tácticas. Ahora ya se habla y se escribe de resultados ajustados. De que nada está asegurado.

Lo que no evita que, de vez en vez, aparezcan interpretaciones o leyendas urbanas o rurales electorales. Como la de que Esperanza Aguirre conseguirá orientar el voto de Guadalajara en dirección del PP. ¿Son tontos los ciudadanos de Guadalajara? ¿No saben si viven en Madrid o en Castilla-la Mancha? ¿Es tan imitable el gobierno del PP en Madrid?

O también que en esta provincia el PP obtendrá dos diputados más que el PSOE. ¿De dónde salen estos datos? ¿Cuál es su soporte científico? Porque el que escribe, confiesa con humildad, que no ha visto ninguna encuesta, real o ficticia, que avale tales resultados. ¿Entonces?

Entonces parece que nos desenvolvemos en el mundo de los deseos, de las intuiciones personales, de las proyecciones de las apetencias, de las trasferencias de intoxicaciones, de discursos políticos. ¿Y por qué se convierte en noticia lo que no es más que propaganda? Por la confusión que existe entre política información y opinión. Por una enfermiza polarización de la actividad política. Por la ausencia de análisis sosegados y críticos.

Lo que la bajamar de las encuestas descubre son las flaquezas del periodismo actual en su relación con la política. O la parcialización, el sesgo e inclinaciones de quienes, por oficio o dedicación, tienen el deber de informar y educar. Son las consecuencias de estos tiempos de sociedades líquidas.