Sonseca - Toledo

Hubo un tiempo en el que las fiestas significaban algo.

Sí, hubo un tiempo en el que no lo teníamos (practicamente) todo y que queríamos tener alguna cosa más. Hubo un tiempo en que tus compañeros te regalaban un borrador "de colorines" y un cuaderno "grande" el día de tu cumpleaños y te sentías feliz porque al día siguiente podrías estrenarlo en clase. Hubo un tiempo en que eras feliz saliendo a la calle a jugar, al fútbol, al baseball, a las vidas, a la comba, a cualquier cosa... Hubo un tiempo en que el ratoncito pérez te traía 20 duros cuando se te caía un diente, que los Reyes te traían un muñeco de playskool o una barbie y te hacían el ser más feliz del mundo. Hubo un tiempo, no tan lejano, en que apenas necesitábamos algo para ser feliz.

Pero ese tiempo acabó. Ahora todo es materialismo. La generación de los egoistas está llegando a la juventud después de pasar por una adolescencia llena de problemas y vacía de sentido. Nuestros niños muestran un camino errático, basado en un egoísmo crudo y materlista y necesidad por probarlo todo, más allá del sentido que esto tenga y los riesgos que conlleve. La juventud ya no es joven, está intoxicada por la complacencia y la comodidad, no se mueven, no tienen pretensiones... de momento, es una generación perdida. Viven entre en exceso y el nihilismo, dicen divertirse a tope y están a un paso del suicidio... uno escucha risas exageradas y realmente oye un llanto angustiado. Nuestros niños están perdidos, tanto que ni tan siquiera quieren que nadie pretenda mostrarles el camino. Ha pasado lo que tenía que pasar, lo tienen todo... ¿qué se puede desear cuando todo lo que pides te es dado? Bueno, todo lo material, pero adolecen de comprensión, de cariño, de tiempo con la familia, de verdaderos amigos... todo materia, nada de vida. Culpables o víctimas, aunque posiblemente ambas cosas, lo cierto es que viven una vida que no tiene ningún cometido.

Y no, ya no tienen sentidos las fiestas. Las fiestas tenían sentido cuando por unos días podías divertirte con algo más de dinero con tu gente, cuando no todos los fines de semana hacías lo que quisieras y entonces valorabas la "libertad" de poder hacer todo lo que no habías podido. Así pues, las fiestas están perdiendo su sentido, pero paradójicamente, esta jauría de salvajes infelices las han hecho suyas para poder aumentar sus dosis de gamberrismo. Antes tenían chiringuito para la Feria, ahora lo tienes para casi todo el año... y en celebraciones las que sean, lo usan como base de operaciones para hacer ruido, emborracharse y orinar en las esquinas.

He visto que esta noche, los chavales se reunen para hacer el borrico por el pueblo con máscaras y mucho ruído y me he puesto a pensar lo estúpidos que somos por comprar fiestas que nada nos dicen. Pero en el fondo es más de lo mismo. No les importa que sea jalougüin o la feria, navidad o carnavales, es solo una excusa para excederse más aún que el resto de semanas. Si al menos eso les hiciera realmente felices, tendría algo de bonito. Y sin embargo les escucho, de veras lo hago, y siento la infelicidad de su vida sin sentido. Llenan su vacío con drogas, con alcohol, con sexo... porque no tienen otra cosa y no son capaces de gritar contra esta sociedad que les está quitando la ilusión. La juventud rebelde ha muerto, ha nacido la no-juventud del exceso. Hoy es jalougüin, una celebración más entre muchas sin sentido, en mis tiempos no había de eso... y sin embargo entonces nos divertíamos mucho en las pocas veces que "podíamos permitírnoslo". Incluso cuando no podíamos... Recuerdo mis risas, y mi corazón se rompe al escuchar las de estos pobres niños que lo tuvieron todo y por eso todo han perdido.

Precisamente acaba de llamar a mi casa un crío vestido de mascarón horrible pidiendo "truco o trato" y casi le mando a tomar por c..., pero en fin, le he dado unas chucherías y ya está.

Nos hemos vuelto medio tontos con la invasión capitalista de los yankis. A ver si les exportamos el "guarro de San Antón", "la quema del Judas", nuestras "romerías y tradiciones", etc. Pero no creo, parece que a los niños les educamos más en chorradas y tonterías que no vienen a cuenta que en mantener la esencia de nuestra tierra.

Está usted muy triste!

Estoy de acuerdo que esta generación lo tiene todo. Va a ser una generación difícil.

Pero pienso que en mi época de juventud, también pensaban nuestros padres lo mismo de nosotros, al final algunos hemos sobrevivido y salido adelante y otros, por desgracia, porque cuando pienso en ellos me da pena porque realmente no se lo merecen, han sucumbido a las dificultades.

En todas las épocas emergen costumbres nuevas, llevamos mucho tiempo con el árbol de navidad, papa noel, etc.

Lo importante es saber adaptarse a las nuevas corrientes, porque sin remedio al final te absorben, y saber disfrutar la vida.

Un abrazo.

pos echusté tampoco sera xa tanto! x cierto, halloween proviene de una costumbre celta!!