cordura y un dolor de tripas de merienda La tortuga de Mafalda se llama Burocracia. Baroja se asombraba de que aún no hubiéramos perdido los pantalónes por su culpa. El mismo padre de La Comedia Humana, Balzac, se quejaba de que la burocracia era algo gigante manejado por pigmeos. Aquí la broma está en que ante las nalgas enormes de la burocracia, los pigmeos somos tú y yo. Por debajo de la burocracia en la cadena alimenticia. Y es que los estudios científicos o de cualquier otra índole, no dan la talla aún para poner a la burocracia en el lugar que se merece. Se conforma uno, pues, con decir que es una especie aparte. Porque los científicos, sigo, se atienen a los rigurosos escrutinios de estudios suyos y ajenos. Y la burocracia se merienda los escrutinios, mientras nosotros guardamos democráticamente nuestro turno. La mayoría de las veces todavía en ayunas. Una especie a parte, sí señor. Sin pies ni cabeza. Aunque con un vientre tremendo. Y ahí, entre sus intestinos gruesos, se encuentra la cordura. La mía de seguro. ¿La de usted amigo? Y es que uno no se está preparando todo este tiempo para competir en esta carrera global del sustento, para caer luego de bruces en uno de los socavones burocráticos. Sin comerlo ni beberlo. De sopetón, vamos. ... Finalmente nos llegó el turno. Burocracia al otro lado de la línea, y nosotros de ésta otra. “I want to apply for the TOEFL-iBT” (de vuelta a la carrera global de antes). Burocracia no habla el guachiguá como primer idioma y pide que repita. El relojito de la pantalla del teléfono marca los 43´21´´. Burocracia además de ineficaz me cuesta caro. Con la cordura que me queda se lo repito esta vez más despacito. Burocracia entiende. Click… click… click… Del otro lado se oye a una burocracia manca o sin conocimientos de mecanografía. 45´y 07´´. Cuando le hago anotar la dirección a donde quiero que lleguen los resultados (a to esto 58´22´´), algo ocurre que me engulle el poquito de cordura sobrante: ¿ Puede usted deletrear “departamento de educación”? Me pregunta. Mientras adivino mi cordura retorciendose entre sus jugos gástricos camino del esfínter. (1h. 0´43´´) Espero que le cause unos buenos retortijones de tripas. Otra no me queda. Saludos. |