Quismondo - Toledo

Un emperador presumido quiso hacerse el traje más ligero, suave y delicado, entonces llamó a varios sastres a su presencia para hacerles tan importante encargo.

Uno de ellos pidió una importante cantidad de dinero al Emperador para comprar una seda muy especial, casi mágica, traída de la China, y llevó ante el emperador un traje tan ligero que no pesaba, tan suave que no se sentía y tan delicado como que no existía.

Pero el sastre consiguió engañarle con adulación y bonitas palabras, diciéndole: -¡ Que figura tan esbelta!, ¡Vaya porte!.

El Emperador embriagado por la coquetería y la estupidez, empezó a creerse todas las mentiras del sastre, y es que el traje había sido tan caro, que debía ser precioso a los ojos de los demás. Decidió organizar un desfile para mostrar su nuevo traje de seda de la China.

Perfectamente desnudo desfiló ante sus súbditos, pero ninguno se atrevió mas que a seguir adulando al Emperador, dudaban de sí mismos, ya que si el Emperador pensaba que su traje era maravilloso, realmente debía ser maravilloso. Mientras el sastre listillo se partía de la risa escondido detrás del trono del Emperador.

Entonces la valiente inocencia de un niño dijo:- ¡pero si va desnudo...!.

Entonces todos los ciudadanos dejaron de dudar y evidenciaron que el Emperador estaba desnudo. La sutil sonrisa de uno de ellos, se convirtió poco a poco en carcajada, y el Emperador, comprendió que había sido engañado, mientras el sastre listillo corría a engañar a algún otro ignorante.

FIN.

Ahora vuelve a leer el cuento, pero ten en cuenta que el Emperador somos los Españoles, los súbditos son los votantes del PSOE, el niño inocente son los ciudadanos que vemos la realidad, y el sastre listillo no es un sastre, es un zapatero.

tu te aburres mucho no??

...y ademas estoy muy harto.