Noblejas - Toledo

Cuando José Sánchez se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró con que una agencia de calificación le había convertido en un monstruoso insecto. ¿Qué me ha ocurrido?, pensó. No era un sueño. Cuando consiguió encender la radio con una de sus diminutas patitas y enorme esfuerzo, las noticias le hicieron comprender todo: Standard & Poor’s había rebajado su calificación de “ser humano” a “escarabajo pelotero”. ¿Qué se podía esperar de una empresa que se llama Standard y Poor, o sea, Estándar y Pobre?, reflexionó con agudeza pues por mucho que dijeran que era un coleóptero, él conservaba intactas sus facultades mentales humanas.

La verdad es que esto se veía venir, siguió meditando mientras se frotaba las patitas para entrar en calor pues hacía tiempo que no podía pagar la calefacción y allí hacía más frío que en un instituto público de Castellón, donde tampoco encendían los radiadores por los recortes. Recordó que días antes había visto en el periódico una fotografía de los alumnos de uno de esos institutos cubiertos por mantas dentro de clase y se dio cuenta de que ellos también habían sido reducidos a escarabajos con un caparazón hecho de fibra sintética. No eran los únicos. La radio contaba en esos momentos que otros institutos valencianos estaban en situación parecida, racionando no sólo la calefacción también el papel higiénico, el jabón, el papel para fotocopias y el teléfono. Imaginó sus manos sucias y sus intestinos revueltos y tuvo ganas de vomitar lo que le hizo acordarse de que el chico que tomó la imagen había sido expulsado por la directora del centro durante unos días por haberla subido a la red, dañando la imagen del centro. Pensó que la directora también se estaba convirtiendo en insecto y se alegró por el muchacho porque estaría más calentito en casa. De todas formas, pronto le acompañarían el resto de sus compañeros. En ese momento, la radio emitía la declaración de un responsable de Fitch, otra agencia de (des)calificación, que le decía al gobierno que tenía que recortar aún más en educación y sanidad públicas.

Se le hizo un nudo en la garganta, o lo que quiera que tengan los escarabajos, ni él lo sabía. ¡Se estaba cumpliendo la viñeta de EL ROTO del día anterior! En un quirófano un cirujano a punto de operar recibe la siguiente orden: “¡No hay dinero para medicinas! ¡Rematad a los enfermos!”.



Como una revelación, se dio cuenta de que no era él solo, que todo el mundo se estaba convirtiendo en escarabajo y que los pocos que no estaban afectados por la plaga, les trataban con el mismo asco y desprecio que a estos repugnantes coleópteros. La radio no dejaba de escupir noticias que lo confirmaban: alumnos sin papel higiénico ni jabón ni un papel en el que fotocopiar pensamientos humanos; en Valencia, un sindicato policial denunciaba que los políticos utilizaban a los escoltas como recaderos, o sea, como insectos; farmacéuticos en Andalucía, en Castilla La Mancha a los que no les pagaban las medicinas; en Barcelona morían pacientes porque no había médicos ni medios para atenderlos y se multaba a 811 vagabundos por dormir en la calle… ¿Dónde quieren que duerman?, se preguntó. Y la única respuesta que se le ocurrió fue: “en el cementerio”.



Pronto anunciarían que el país había sido convertido en una gigantesca trampa para cucarachas y que nos fumigarían a todos. O nos incrustarían una manzana en la parte blanda, como a Gregor Samsa. “¡Yo seré un escarabajo pero ellos son gusanos!”, clamó José Sánchez indignado pero su voz ya no era humana, era un horrible chirrido como de puerta oxidada.

https://log.rtve.es/carnecruda/2012/01/la-metamorfosis-.html