¿Miedo? Pánico es lo que dan algunos Sigue la derecha –no solo la política, sino también ciertos sectores económicos- intentado jugar la baza del miedo para interferir en un proceso de pactos, que ya se ve tormentoso y con muchas más piedras en el camino de las que suponían algunos ingenuos observadores. Pero al PP le va a servir de poco esa burda maniobra, iniciada por la inefable Esperanza Aguirre de sacar a pasear el espantajo de los soviets u otras mamarrachadas semejantes. Dicho esto, convendría que los partidos emergentes lucieran favorables al diálogo más que a la bronca separadora. Por supuesto que nadie les pide que renuncien a nada, pero sí a que expliquen cómo llevar a la práctica aquellas cosas tan bonitas que se decidían en plazas y plazuelas. La ayuda de cualquier tipo a las familias más necesitadas, por ejemplo, es una acción política que no habrá nadie que deje de aplaudir. Pero su lugar actual en el escenario político, a punto de gobernar en algunos lugares o contribuir a que otros lo hagan, obliga a esos alcaldes o alcaldesas in pectore a explicar a los ciudadanos de qué partidas se va a recortar o qué nuevos ingresos se van a sacar y, sobre todo, de qué pozo. En cualquier caso, tienen una confusa en el PP. El miedo, que digo miedo, pánico, es lo que dan muchos de sus candidatos. |