La mirada de Soledad Gallego-Díaz: 'De nada sirvió nunca decir “yo ya te lo advertí' Un ultimátum implica una exigencia cuyo rechazo dará origen automáticamente a duras medidas de fuerzas. En la historia, muchos ultimátums han terminado con declaraciones de guerra. Afortunadamente, otros tantos fueron discretamente olvidados En cualquier caso, la noticia de que la Unión Europea ha dado un ultimátum a Grecia para que en el plazo de cuatro días acepte, sin más, la prorroga durante seis meses del actual plan de rescate es una pésima noticia. Es una mala idea proclamar a los cuatro vientos que no hay tiempo negociar porque, por supuesto, que siempre lo hay. Los portavoces del eurogrupo acusan al gobierno griego de cerrazón e irresponsabilidad, pero si el documento desvelado ayer por el Financial Times es cierto, los negociadores de la Unión Europea lo son en la misma medida. Proponer un borrador de acuerdo en el que no se recoge prácticamente ninguna pretensión griega es absurdo, totalmente inaceptable para un gobierno democrático recién elegido. Por supuesto que los griegos no pueden pretender que se acojan todas sus reclamaciones, pero pretender ignorarlas en bloque es igualmente insostenible. Habrá que observar con detenimiento al final de esta historia quienes han sido los verdaderos irresponsables y pedirles cuentas. Porque de nada ha servido nunca la frase “Yo ya se los advertí”. Advertir que uno se aproxima a un caos no es una decisión inteligente. Lo inteligente es impedirlo. |