Navahermosa - Toledo

Por qué mienten?, ¿qué tratan de ocultar?, ¿por qué impostan?, ¿a quién tratan de proteger?, ¿qué relato oculto que sólo ellos conocen pretenden borrar de la historia de una nación que no merece ser gobernadas por esta cuerda de falsarios?

Los mensajes enviados por Bárcenas publicados por diferentes medios de comunicación demuestran que María Dolores de Cospedal estaba al punto y a la calle, conocedora sobrada de la relación laboral del señor Bárcenas con el Partido Popular. Todo lo contrario a lo que había confesado ella solita en el Juzgado.

Las informaciones que van cayendo bajo la atónita mirada de todos los españoles demuestran que, a pesar de lo que dijo el señor Arenas, éste sí que participó en la negociación económica con el señor Bárcenas.

Peor aún, parece que, tanto Cospedal como Arenas, o no dijeron la verdad al juez Ruz, u ocultaron expresamente una buena parte de la misma. Una cuestión que, pudiendo ser delito, nos debe llevar a exigirles las más altas responsabilidades políticas.

Se demuestra, empero, que el presidente del Gobierno de la Nación también mintió al Congreso de los Diputados, una cuestión que ya se presuponía y que ha pasado de presuponerse a suponerse con la nitidez de un día soleado.

“Yo le ofrecí a Mariano, a través de Javier, que hiciéramos el finiquito en diciembre”, redactó Luis Bárcenas en un SMS a Mauricio Casals. Un mensaje que implica a Arenas, a Rajoy, a Cospedal. Un mensaje que los deja con el premio de los mayores mentirosos del año en un país que merece conocer la verdad y toda la verdad.

Peor aún, mientras nos mentían, Cospedal negociaba en febrero el finiquito de Bárcenas, ese que formaba parte de una relación laboral inexistente, en un despacho que tampoco existe, con unos ordenadores que han quedado sin memoria.

Pero, ¿por qué mienten? Mienten porque son responsables, porque lo sabían, porque lo ocultan, porque se han financiado presuntamente de forma irregular, porque hay sospechas de cohechos generalizados, porque se han presentado a las elecciones haciendo trampas, porque no son políticos, son lo más granado de la picaresca que tantos éxitos ofreció a la literatura española