Miguel Esteban - Toledo

Señores y Señoras:
Con nuestro respetuoso saludo quisiéramos pedirles, que al menos un segundo de todos sus días piensen en nosotros para que no nos angustie la idea de que muchos de ustedes nos olviden. Casi siempre vemos a los adultos ¡tan ocupados! como la gran mayoría de esos sórdidos individuos que llaman gobernantes... Para quienes las niñas y los niños saharauis no somos otra cosa que migas de desechos diseminados por lugares preñados de miseria. Cuando escuchamos a alguien que relee en algún diario o revista las cifras alarmantes en las que niñas y niños malviven en los campamentos refugiados de Tindouf...por causas que atendidas prontamente evitarían graves consecuencias en nuestro desarrollo físico, psicosocial o mental; sentimos que la delgada piel de nuestros cuerpos se arruga dentro de las venas y nos ahoga la mesura para responder con coraje a los discursos celebradores del DÌA DEL NIÑO, y de otras conmemoraciones aprobadas en Asambleas, Declaraciones, Convenciones..... Mientras nosotros seguimos siendo los más olvidados.
En ocasiones, tantas cosas que otros prometen a favor de nuestro pueblo no las cumplen, nos hace desear a un protector que tenga un corazón inmenso.......¡como un globo!, y que nos deje entrar en él para buscar un lugar dónde acomodarnos a nuestro gusto con el fin de animarlo en la lucha por la defensa de nuestros derechos. Un adulto que cuando nos hable nos mire cariñosamente a los ojos para que lea en ellos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestras ganas de reír ante un sueño imaginado o las ganas de llorar ante el abandono y la ignorancia de los grandes Gobernantes del mundo. Un adulto que se haga niño - como nosotros- que sienta palpitar en su pecho un corazón de niño.

¿Saben?... No tenemos juguetes, ni lápices para colorear... ni libros bonitos para recrearnos nosotros, no tenemos una Playstancion o GameBoy para divertirnos; tampoco tenemos abrigo para resguardarnos del frío durante los días y las noches de inaguantables desniveles de temperatura. Algunos no tenemos atención médica ni medicinas que nos libren del dolor en el suelo de una jaima...
Estamos perdiendo nuestra infancia esperando a que nos devuelvan nuestra querida tierra el Sahara Occidental.
Cada vez que un gobernante-de esos que abundan por el mundo-se pone su antifaz de mago generoso, sentimos miedo....... Pero, cuando llegamos a España con nuestras familias de acogida y vemos que aún hay mucho amor almacenado, nos llenamos de alegría y nos ponemos a recoger trocitos de firmamento en nuestras manos para guardar una porción en cada uno de nuestros corazones, de tal forma, que nunca se nos apague la estrella de la esperanza y que por siempre habite en nuestro espíritu la ilusión......
Señoras y Señores, respetuosamente les rogamos que su lenguaje adopte la música original que sabemos escuchar y entender quienes amamos el Sahara... ¡Deseamos que sus manos sólo se levanten para exigir la libertad de nuestra patria. Le hemos pedido a Dios que ningún gobernante apague el resplandor de la esperanza que entra en nuestros corazones!.....

Pero seguro, seguro que sí tendremos dinero para empezar otra guerra