La Puebla de Montalbán - Toledo

J.A.J./Toledo - sábado, 24 de marzo de 2012

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Los vecinos de La Rinconada temen que el Ayuntamiento de La Puebla de Montalbán, gobernado ahora por el PP, pretende reabrir la polémica gravera por la protagonizaron diversas protestas en el pasado mandato. Llegan a esta conclusión después de que el Pleno aprobara ayer, sólo con los votos ‘populares’, una modificación de las ordenanzas de tráfico que permitirá el tránsito de camiones por la carretera asfaltada que comunica la pedanía y la explotación de áridos, actualmente clausurada.


Javier Jiménez González, uno de los miembros de la plataforma vecinal contraria a la gravera, recuerda que el carácter de esta carretera como vía rural, en la que no se permite el tránsito de camiones, fue uno de los argumentos que emplearon para exigir el cierre de la gravera. Por ello, afirma que un importante grupo de vecinos de La Rinconada acudieron al Pleno para expresar su desagrado. Y su presencia fue accidentada. Según Jiménez González, primero el alcalde, Juan Carlos Camacho, les prohibió introducir pancartas contra la iniciativa del PP en el Salón de Plenos. Después, cuando a estos vecinos les dio por ovacionar la intervención del portavoz de IU en contra de la propuesta, el regidor ‘popular’ ordenó el desalojo del público. «Nos echaron sólo por aplaudir», concreta el vecino de La Rinconada, que acusa al alcalde de actuar desde el «caciquismo» para sacar adelante su propuesta sin siquiera escuchar las críticas.


Aún así, hay que reseñar que el PP ha conseguido aprobar sus propuesta en solitario a pesar de gobernar La Puebla en minoría. Jiménez González destaca que para esto ha sido fundamental la ausencia de la anterior alcaldesa y actual portavoz del PSOE, Araceli Ladera, lo que facilita que una propuesta salga adelante sólo con el voto de calidad del alcalde. Y eso que en el Pleno de ayer iban otros asuntos de interés como los presupuestos, el pago de facturas a proveedores o una nueva tasa para cajeros automáticos.


El miembro de la plataforma contra la gravera tacha de «lamentable» la espantada de la exregidora, que se ha dado en otros plenos, al ser una persona que antaño se comprometió ante este problema al ordenar el precintado de la gravera pretextando diversas irregularidades.

Movimientos para reabrir la gravera.

Aunque la gravera continúa clausurada, Jiménez González teme que la intención última del equipo de Gobierno es reabrirla. Como ejemplo, cita una reunión que el alcalde promovió entre miembros de su plataforma con un administrador de la explotación de áridos «y nos dijo que nos ofrecía 65.000 euros si le dejábamos pasar los camiones». La plataforma se opuso a la oferta del empresario «porque esa gravera es ilegal en todos los sentidos».


Desde la plataforma critican que el alcalde pretenda abrir la carretera a los camiones «hasta alegando que lo hace bajo su responsabilidad» e intentando pasar la titularidad de la vía de la entidad menor al Consistorio pueblano.


Este medio ha tratado de recabar la versión de este asunto del alcalde Camacho y de Ángel Cabanillas, portavoz del equipo de Gobierno pueblano, que no han atendido a varias llamadas telefónicas.

Una historia de años.

La controversia en torno a la gravera de La Rinconada arrancaba en marzo de 2008, cuando Ecologistas en Acción denunció su apertura a pesar de carecer de licencia municipal de apertura, no cumplir con la Declaración de Impacto Ambiental otorgada por la Junta y no respetar la prohibición de uso para camiones de la carretera, al ser un camino rural afecto a una vía pecuaria.


A partir de ahí, los vecinos protagonizaron diversas protestas, como manifestaciones y el encadenamiento de Francisco Jiménez González a una señal en el verano de 2008. En diciembre de 2009, se supo que la Fiscalía abría unas diligencias por las irregularidades de esta gravera que podían afectar a otras explotaciones de la localidad. Llegados a este punto, la entonces alcaldesa Ladera resolvió precintar la gravera en 2010.


El cierre de la explotación supuso el despido de 37 empleados. Sus dueños presentaron una querella contra Ladera por presunta prevaricación, por decidir el cierre de su empresa permitiendo la continuidad de otras similares que incurrirían en las mismas irregularidades, como estar en zona de humedal, que se les achaca.