Arrebátame, amor. Arrebátame, amor, águila esquiva, mátame a desgarrón y a dentellada, que tengo ya la queja amordazada y entre tus garras la intención cautiva. No finjas más, no ocultes la excesiva hambre de mí que te arde en la mirada. No gires más la faz desmemoriada y muerde de una vez la carne viva. Batir tu vuelo siento impenetrable, en retirada siempre y al acecho. Tu sed eterna y ágil desafío. Pues que eres al olvido invulnerable, vulnérame ya, amor, deshazme el pecho y anida en él, demonio y ángel mío. (Antonio Gala) = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = [...] Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven. [...] (Antonio Gala) |