La Puebla de Montalbán - Toledo

En esta semana hay tres cosas importantes que ha hecho el PP, espero que impulsado por su líder, que apruebo y aplaudo. La primera, expulsar del Partido y pedir la dimisión de sus cargos, del alcalde actual y del anterior de Totana, población de Murcia, implicados en un asunto de corrupción. Un asunto, por cierto, como tantos ya, destapado por la nueva unidad de la Guardia Civil puesta en marcha por este Gobierno para combatir la corrupción, especialmente inmobiliaria.

El PP ha actuado como debe hacerlo un partido democrático cuando alguno de sus miembros es imputado, con pruebas, por haber cometido delitos. La pregunta es: ¿Por qué no aplica esta política en todos los casos de cargos públicos imputados por delitos? ¿Por qué deja que algunos que están en la mente de todos, sigan instalados al frente de instituciones públicas mientras se tramitan sus juicios? ¿Cuál es la razón para esta doble vara de medir? Aplaudo lo hecho tanto que les pido lo lleven a todos los casos similares que tienen. La democracia y los partidos democráticos, incluido el PP, saldría ganando.

Segundo aplauso para Rajoy: quiere subir las pensiones mínimas 150 euros al mes para que ninguna quede por debajo de 650 euros. Comparto su reflexión de que un país que es la octava potencia económica del mundo debe poder permitirse una medida de justicia social como esa. Incluso entiendo que no la pudieran aplicar cuando gobernaban porque la situación era otra. Pero ¿por qué ha votado en contra de esa misma medida cuando todos y cada uno de los presupuestos de esta legislatura la incluían? Las pensiones mínimas han subido un 28% en esta legislatura. Aproximadamente 150 euros de promedio. Y lo han hecho con el voto en contra del PP. ¿Por qué? ¿Cree compatible y financiable esta medida junto con la rebaja de impuestos que anunció hace tres semanas?

Tercer aplauso: que haya aceptado debatir con Zapatero, enmendando el error de hace cuatro años, cuando se negó a hacerlo. Estos debates son importantes en democracia. Y la experiencia demuestra que concitan un gran interés público, con cuotas de pantalla que desmienten que a la gente no le interesa la política. Se ha equivocado al vetar a algunas televisiones, sobre todo a la pública, cuyo director general se ha elegido, por primera vez en nuestra democracia, por el Parlamento y con el voto favorable del PP. Pero que este error no empañe el acierto.
Me gustaría que ahora los más críticos con el Gobierno señalarais tres aciertos de éste. A ver si así, poco a poco. . .