Dos poemas de Gutierre de Cetina. "Ojos claros, serenos..." (Gutierre de Cetina) Ojos claros, serenos, si de un dulce mirar sois alabados, ¿por qué si me miráis miráis airados? Si cuanto más piadosos, más bellos parecéis a aquél que os mira, no me miréis con ira, porque no parezcáis menos hermosos. ¡Ay, tormentos rabiosos! Ojos claros, serenos, ya que así me miráis, miradme al menos. = = = = = = = = = = Dichoso desear, dichosa pena... (Gutierre de Cetina) ¡Dichoso desear, dichosa pena, dichosa fe, dichoso pensamiento, dichosa tal pasión y tal tormento, dichosa sujeción de tal cadena; dichosa fantasía, en gloria llena, dichoso aquel que siente lo que siento, dichoso el obstinado sufrimiento, dichoso mal que tanto bien ordena; dichoso el tiempo que de vos escribo, dichoso aquel dolor que de vos viene, dichosa aquella fe que a vos me tira; dichoso quien por vos vive cual vivo, dichoso quien por vos tal ansia tiene, felice el alma quien por vos suspira! |