¿Se dedican ahora la alcaldesa y los policías municipales a organizar charlotadas? Pues sí, parece que sí, que nuestra alcaldesa y nuestros policías (si no todos, sí algunos) organizan ahora charlotadas. Según el Diccionario académico, una charlotada, además de ser un festejo taurino cómico, es también una actuación pública grotesca o ridícula. En vista de lo que dice el Diccionario, no hay duda, pues, de que nuestra alcaldesa y nuestros policías organizan y celebran charlotadas. Dicho de otro modo más clarito: que se dedican a hacer el ridículo en la Plaza Mayor. He aquí la prueba irrefutable de lo que digo: el pasado jueves por la noche (hoy es sábado) pusieron en la Plaza Mayor numerosos carteles en los que aparecía dibujada una señal de "prohibido aparcar" y, debajo de ella, figuraba esta leyenda: "Desde viernes 28 hasta lunes 31 de mayo no estacionar". Pero, pese a la prohibición que anunciaban esos carteles con los que jalonaron la Plaza Mayor, ayer había (por la tarde y por la noche) numerosos coches estacionados en esa plaza. La alcaldesa y más de un concejal sabían que ayer la citada plaza estaba abarrotada de coches estacionados en ella. Y también lo sabían los policías municipales (porque lo vieron). Pero nuestros policías no pusieron ninguna multa. Absolutamente ninguna. Puede afirmarse, por lo tanto, que la conducta de la alcaldesa y de los policías municipales fue grotesca, groseramente ridícula y, además, ilícita: consintieron que los conductores se pasaran por el arco del triunfo la prohibición de aparcar en la plaza. ¿Cómo es posible que nuestra alcaldesa y nuestros policías, después de haber expresamente prohibido estacionar en la Plaza Mayor, tengan luego el cuajo y la desvergüenza de incumplir descaradamente su obligación de denunciar a cuantos particulares se saltaron a la torera, delante de las narices de nuestros policías, la prohibición de estacionar que éstos (por orden de la alcaldesa) habían establecido en esa plaza? ¿Con qué autoridad van nuestros policías a poder denunciar, a partir de ahora, a quien cometa una infracción? Obviamente con ninguna. ¿No deberían nuestros policías municipales denunciarse a sí mismos por incumplimiento de sus obligaciones? Pues obviamente sí. ¿Para qué queremos policías como esos? Ayer exhibieron una manifiesta inutilidad. No fueron útiles para el pueblo, sino inútiles. Ni siquiera valieron para hacer respetar unas señales en la plaza. Sólo valieron para hacer un ridículo espantoso. Para eso es mejor no tener policías y nos ahorramos así sus sueldos. ¿Y para qué queremos una alcaldesa que ni siquiera es capaz de exigir a los policías que cumplan con su deber? Ayer, como otras tantas veces, nuestra alcaldesa exhibió su inutilidad. Ayer ella hizo también el ridículo. Para eso es mejor no tener alcaldesa y nos ahorramos así su sueldazo. Ayer hubo charlotada en la plaza. Pero en ella no actuaron los enanitos toreros. No. Actuaron nuestra alcaldesa y nuestros policías municipales. Fue divertida, aunque le salió un poco cara a nuestro empobrecido y endeudado Ayuntamiento: si tenemos en cuenta que nuestra alcaldesa se chupa 600.000 pesetas mensuales y, si a esa cifra, le sumamos el sueldo de esos policías que permiten que la gente se salte a la torera las prohibiciones, forzosamente habremos de concluir entonces que la charlotada de ayer viernes fue muy costosa. Anda, ten alcaldesa y policías municipales para eso: para que hagan el ridículo, digo para que celebren charlotadas. Vivir para ver. Y para morirse de pena (porque algunas charlotadas dan en realidad eso: pena). |