MENSAJES PRIVADOS. ÁNIMO INJURIOSO. NÚMERO DE LA IP. El pasado día 2 del presente mes de enero, el señor ergo0 (o señora ergo0) me escribió (en este foro) el mensaje privado (dirigido a Las Orejas del Lobo) que ahora transcribo: 02-01-10 13:44 De: ergo0 IP: 88.1.241.201 Asunto: Duda existencial Mensaje: ¿Eres Adolfo?, ¿el 'abogao'? Contesté su pregunta de manera afirmativa, o sea, le dije (a través de un privado) que sí, que yo era ése. Y, sabiendo ya mi verdadera identidad (la verdad es que el señor o señora ergo0 la sabía de sobra desde mucho antes), me escribió, el mismo día 2 del presente mes de enero, este nuevo mensaje privado: 02-01-10 15:56 De: ergo0 IP: 88.1.241.201 Asunto: Otra duda existencial. Mensaje: Gracias por responderme Adolfo. También te quiero agradecer que estés luchando por los intereses de este pueblo con tanto empeño y tantas ganas, pues sin ti, seguramente, otro gayo nos cantaría. Por otro lado me gustaría que me respondieras a otra duda: ¿Se podría, de alguna manera, llevar a cabo unas elecciones municipales adelantadas?. Gracias por adelantado. A este nuevo privado le contesté mediante un mensaje en el foro. El señor o señora ergo0, en su mensaje nº 4326110 (escrito ayer, día 6 de enero, en la conversación “ODA A”) trato de negar (demostrando así su “valentía”) que supiera quién era yo; negó incluso haber recibido mi privado; y, al negarlo, se retrató a sí mismo (o a sí misma) de cuerpo entero. Ahí está su IP: es la 88.1.241.201. Ya la sabemos; menos trabajo para el juez. El señor o señora ergo0 parece confundir las cosas. Una alcaldesa o un concejal cualesquiera están obligados a aguantar todas las críticas que los ciudadanos les hagan (incluso de manera anónima) sobre su gestión (sobre todo en el caso de que tales políticos estuvieran liberados y cobraran un sueldazo). Incluso han de aguantar las críticas que se les pueda hacer sobre aspectos de su vida privada: por ejemplo, una alcaldesa cualquiera podría legalmente hacer la compra en el supermercado de un pueblo vecino, pero tal acción, si bien sería legal, no sería sin embargo ética (máxime si la alcaldesa de marras cobrase un sueldazo de las arcas del ayuntamiento del pueblo que gobierna): moralmente estaría obligada a comprar en los supermercados del pueblo que le paga el sueldazo. Una alcaldesa o un concejal cualesquiera han de aguantar, pues, las críticas, aunque no los insultos gratuitos (pero es que éstos nada tienen que ver con aquéllas). Y mucho menos ha de aguatar una persona particular los insultos y las expresiones zahirientes o injuriosas que otro profiera o escriba. Máxime si este otro se oculta cobardemente bajo un seudónimo. El señor (o señora) ergo0 ha escrito en este foro contra Justo expresiones no ya claramente despectivas o gratuitamente zahirientes, sino incluso injuriosas. Expresiones que no buscaban definir con propiedad semántica, veracidad y fundamento determinados comportamientos o acciones de Justo. Sólo buscaban (mediante la burla mema, soez y cobarde) el descrédito de Justo y atentar contra su honor y menoscabar su nombre. Incluso en el mensaje nº 4325622, el señor (o señora) ergo0, en unos versos horrorosos en infantiles, llama a Justo literalmente “malhechor”. Ese menaje ha sido borrado (al parecer) por el administrador del foro. Pero está grabado. Si Justo interpone una denuncia penal o una querella criminal por injurias, el señor (o señora) ergo0 va a tener muy difícil demostrar que, en sus infames expresiones contra aquél, sólo había un “animus iocandi” y no un “animus injuriandi”, es decir, que va a tener muy difícil demostrar que, en esas infames expresiones, solo existía un ánimo jocoso o chistoso, y no un ánimo claramente injurioso. Lo va a tener muy difícil el señor (o señora) ergo0.
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