La Puebla de Montalbán - Toledo

Se ve que me conoceis bien. Pues sí, mi primer trabajo que desempeñé fue el de zapatero. Soy el mayor de cinco hermanos, mis padres estuvieron seis años sin tener familia y de golpe, en ocho años, nacimos a la vida cinco. Yo me crié en casa de mis abuelos, a los cuales recuerdo con mucho cariño. Mi abuela era una abuela-abuela y mi abuelo era un abuelo-abuelo. Eso sí, mi abuelo era zapatero. Pasé muchas tardes aprendiendo el oficio, si bien es preciso que aprendí poco. Mientras mi abuelo cosía, remataba, cortaba,pegaba, clavaba y hacía lo genérico yo, a todo zapato le sacaba brillo. y en eso me quedé, en limpiador. A mi abuelo le dio una trombosis y la zapatería se cerró. El zapatero se quedó sin sus zapatos y su aprendiz sin miras de futuro. Zapatero a tus zapatos. Y es que en mi familia siempre hemos jugado con esa frase. Cuando nos llamaban, y no siguen llamando "zapatero", nosotros respondíamos "a tus zapatos" Por eso es algo que he hecho y seguiré haciendo, aunque solo sea para limpiar, para darle brillo, para que parezcan nuevos. Es como me conocen en mi pueblo, si es que todavía lo tengo, "el nieto del zapatero". De ahí que siempre tenga por estima a quien tan digno trabajo se dedica. Pero en fin. Hoy hay pocos zapateros y tantos zapatos que no merecen la pena de ser arreglados. Siempre un buen zapato sera un buen zapato y un buen zapatero será el galardón de un trabajo bien realizado. A lo mejor ese es el problema, quelos zapatos ya no van al zapatero.

Yo tambien tengo abuelos y son abuelos-abuelos (me imagino que como todos) pero no son zapateros.
El oficio de zapatero es un oficio muy digno, pero hay zapateros buenos y zapateros chapuzas. No siempre tienen la culpa los zapatos sino que el zapatero no usa las herramientas oportunas, o no pone el interes necesario.
Cada zapato lleva su tiempo, o tambien puede ser porque el zapatero mezcla su oficio con otros que no son de su competencia.