La Puebla de Montalbán - Toledo

" DICE QUE todo lo hace para no traicionar el espíritu
de la «revolución bolivariana», pero si Hugo Chávez sumió
a Venezuela en el autoritarismo y la escasez, Nicolás
Maduro ha superado de lejos a su antecesor como
albacea de su legado. Dos años después de la muerte
del líder venezolano, su sucesor ha tenido que recurrir
a los dos argumentos predilectos de los dictadores: la
invención de una conspiración internacional que pretende
derrocarle y la represión como única herramienta
para consolidarse en el poder.
Como un Tirano Banderas más de los que han sufrido
los países latinoamericanos a lo largo de la Historia,
Maduro ha encarcelado a sus principales opositores
políticos, Leopoldo López y Antonio Ledezma, y
ha convertido Venezuela en el segundo país del
mundo con mayor sobrepoblación carcelaria, un
270% de exceso, alrededor de 32.000 presos. Ha eliminado
las cadenas de televisión y las emisoras de radio
independientes y mantiene sometida a un asfixiante
acoso a la prensa, con restricciones a la compra
de papel. A base de desplazar la responsabilidad
del desabastecimiento de productos básicos, ha encarcelado
a algunos empresarios acusándoles de provocar
las colas delante de los comercios. Mantiene a
la población en situaciones de miseria con una inflación
que sólo en el pasado mes de enero alcanzó el
10%. Y ha instaurado un régimen de inseguridad ciudadana
que, según la ONU, tiene una tasa de homicidios
de 53 por cada cien mil habitantes, la segunda
más alta del mundo, y que registró en 2013 al menos
600 asesinatos cometidos por los agentes del orden.
En el terreno económico, tal y como ha hecho público
en un informe la reaseguradora AON, Venezuela
es uno de los estados que presenta más incertidumbres
y mayores riesgos para los inversores internacionales.
El desplome del precio del barril de petróleo, de cuya
producción dependen la mayor parte de los ingresos
del país, pone en riesgo la viabilidad de su sistema económico
hasta el punto de que muchas empresas con filiales
allí están resignadas a dar por perdidas sus inversiones.
Compañías españolas como Telefónica, Iberia,
BBVA, Repsol o Mapfre, por ejemplo, acumulan un
riesgo de 9.000 millones de euros y temen que vuelvan
los tiempos del «exprópiese» chavista. La devaluación
de la divisa, que hace en la práctica inconvertibles los
beneficios empresariales, y el hecho de que las mayores
aseguradoras rehúsen entrar en el país, son dos síntomas
más de que, dos años después de la muerte de
Hugo Chávez, Venezuela se ha convertido en uno de
los países del mundo con un futuro más incierto.
Es posible que esta situación preludie, como creen
algunos analistas, la pronta caída de Maduro como le
ocurrió al Tirano Banderas, el personaje de Valle-Inclán,
pero hasta entonces puede arrastrar al pueblo
venezolano a situaciones de sufrimiento y miseria de
las que puede tardar años en recuperarse".

Fuente: El MUNDO

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Aquí tendría sentido la teoría del catedrático Niño-Becerra: es posible que este pueblo no salga de su crisis nunca, a pesar de que hay ilustres universitarios catedráticos-economistas y politólogos que tienen a ese país como modelo a seguir.

¡que Dios nos pille confesaos!!!!!!!!!

"Invertir en Venezuela es ya tan peligroso como
hacerlo en Afganistán"
Dos años después de la muerte de Chávez, es líder en inflación, desabastecimiento y persecución política.

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Será por eso que los que pueden se van a Suiza.