Algunos datos para entender en qué situación se encuentra España Tiene razón Rajoy cuando afirma que los excesos del pasado (en clara referencia a la fatídica época de gobierno de Zapatero) se pagan en el momento presente. Así es, efectivamente, porque el verdadero origen de la ruinosa situación de España se encuentra en el elevado endeudamiento de todos los agentes económicos (públicos y privados). España tiene un déficit público elevadísimo. De media, la “Zona Euro” tiene un déficit del 4% del PIB global, pero particularmente España ha cerrado el año 2011 con un déficit del 8,9% (lo que supone 90.000 millones de euros), es decir, que España tiene un déficit que dobla al déficit que, de media, hay en la “Zona Euro”. La deuda pública española se situará, a final de este año 2012, en el 79,8%, cuando en el año 2007 (o sea, hace solo cinco años) era del 36%. Ese porcentaje del 79/8% significa que las Administraciones Públicas españolas tienen, en conjunto, una deuda de 800.000 millones de euros, nada más y nada menos. Son 800.000 millones de euros que hay que refinanciar cuando van venciendo y, en estos momentos, esa refinanciación lo es a un interés de al menos el 6%. Toda nuestra economía (es decir, tanto la pública como la privada) se encuentra fuertemente endeudada frente al exterior. Esa deuda supone el 165% del PIB en términos brutos y, por lo tanto, alcanza la fabulosa cifra de 1,8 billones de euros (sí, billones con “b”). Y, aunque se descuente de ahí lo que hemos invertido fuera de nuestro país, resulta que aún debemos 977.000 millones de euros netos, o sea, casi la totalidad de nuestro PIB (en concreto el 92,1%). Si entramos en las comparaciones, comprobaremos que la deuda neta externa de Italia es la quinta parte de su PIB (21,8%); la de Francia es el 11% de su PIB; la del Reino Unido es el 14% de su PIB; y la de EE.UU. es el 17% de su PIB. Y Alemania no es, por el contrario, deudora, sino que es acreedora neta (en un 36,3% de su PIB). Además de lo anterior, no puede olvidarse un dato escalofriante: hay cinco millones seiscientas mil personas en paro. Esa es la herencia que ha dejado el izquierdista gobierno socialista que comandaba José Luis Rodríguez Zapatero. Y es cierto que, al actual gobierno del PP, de nada le sirve protestar por la herencia recibida, porque, protestando, no adelanta absolutamente nada. Por lo tanto, no tiene que protestar, pero sí tiene la obligación moral de liberar a España del gigantesco peso de esa perniciosa y ruinosa herencia que ha recibido. Lo tiene muy difícil, muy difícil, porque, en estos momentos, España no tiene dinero ni siquiera para poder pagar las prestaciones de desempleo, pues ese dinero lo tenemos que pedir prestado del exterior. ¿Y quién se va a atrever a prestarle dinero a la calamitosa España? Esperemos que Rajoy logre que nos lo presten. Pero, para lograr eso, es absolutamente necesario e inexcusable reducir el déficit, porque, si no lo reducimos, no sólo no nos prestarán dinero, sino que, además, estaremos entonces poniendo en riesgo (a medio plazo –o puede que incluso a corto plazo–) la posibilidad misma de pagar las prestaciones de desempleo y la de prestar otros servicios públicos esenciales. Hay que saber, y no debe olvidarse, que el déficit supone incremento de la deuda, y una mayor deuda supone un mayor gasto en el pago de intereses, lo que supone una evidente merma de la capacidad de maniobra de España para prestarnos a los españoles, con suficiencia y equidad, los servicios públicos. Que haya suerte. |