Illescas - Toledo

Por más que pasen los años,
haya engaños y desengaños,
¡Que reaños!,
yo quiero ser rimador,
de versos creador,
de estrofas amalgamador,
contador de ideales,
y realidades,
siempre verdades,
pensador espontaneo,
enemigo del éxito momentaneo,
y de todo lo sucedaneo.

Casimiro está indignado,
no se siente beneficiado,
ni confundido,
tan sólo ha padecido,
como otros indignados,
el reino de los elegidos,
donde muchos son los convocados,
y pocos los encumbrados.

Mi rebeldía,
nacida desde mi conciencia,
me anuda a los del valle,
¡No me pidais que me calle!,
cuando en la cima de la burguesía,
el dinero maquilla vuestra hipocresía.

Mi anhelo,
es un eterno duelo,
entre mi confianza,
y mi esperanza,
un grito al cielo,
para que se fundan sin fisura,
toda la orografía,
sin distinción de ideología,
en una vasta llanura.
¡Acaso, no es una bonita locura!.

Entre mi quimera y la realidad,
queda rea mi libertad,
pues no hay mayor tiranía,
que vivir en una sociedad,
con el capital como ideología.

Para subsistir en este sistema,
no existe otro teorema,
que vender el trabajo diario,
a cambio de un salario,
es la alienación,
del obrero eterna condición,
y la plusvalía,
una felonía,
para que el capitalista aumente su alcancía,
sin decencia,
ni conciencia,
y, encima, tienen la osadía,
de recordarte día a día,
que ellos arriesgan su dinero,
para dar de comer al obrero.

Esta sociedad,
nos ha repetido hasta la saciedad,
que el único valor verdadero,
es la adoración al dinero,
el resto de los valores humanos,
les pillan muy lejanos,
son para ciertas ocasiones,
en que estos santos varones,
cultivan la bella costumbre,
de dar limosna a la servidumbre.

Con dinero compran su perdón,
les libra de arder en el infierno,
la absolución de algún cura comodón,
les redime del castigo eterno,
son los más míseros,
de los miseros.

Nos vendieron la ilusión,
estábamos en la misma dimensión,
ya no éramos proletarios,
éramos propietarios,
pequeños burgueses,
con pequeños intereses,
heróicos defensores de muestra individualidad,
frente a los intereses de la colectividad,
¡Era un espejismo!,
cuando hay crisis en el capitalismo,
siempre caen los mismos al abismo.

Como no tienen argumentos,
nos venden los mismos cuentos,
la culpa es de la crisis,
de la puñetera crisis.

Tengo para todo dinero,
menos para pagar al obrero,
¡La culpa es de la crisis!.

Tengo que mantener mi status social,
a cuenta del recorte salarial,
¡La culpa es de la crisis!.

Si veo que protestas,
mira cuantos esperan detrás de la puerta,
¡La culpa es de la crisis!.

Si pierdes derechos sociales,
al Estado ya no le quedan ni reales,
¡La culpa es de la crisis!.

Si no puedes pagar las facturas,
hay que estar a las duras y a las maduras,
¡La culpa es de la crisis!,
y ¿Quién tiene la culpa de la crisis?,
la culpa no la tiene el obrero,
por haber votado a Obama, Merkel, Sarkozy, ... Zapatero,
es el sistema el culpable,
pero éste es intocable.

Es un sistema global,
a medida del capital,
la libertad del hombre da igual,
lo importante es la libertad comercial.

Esto si es una decepción,
digna de compasión,
o de REBELION.




Para Eusebio, mi amigo,
cuyo recuerdo,
estará conmigo,
hasta que yo sea el recuerdo,
de los demás.