Spain is different Madrid Vecinos de Lavapiés vuelven a echar a la policía del barrio Tras la detención de un sospechoso de venta de droga al por menor, una protesta espontánea de los ciudadanos del barrio madrileño ha hecho retroceder a las fuerzas de seguridad, que han detenido al joven inmigrante. Los vecinos Lavapiés se han unido, una vez más, para alejar a la policía de las calles del barrio. Esta zona de la capital ha vuelto a ser el centro de una protesta contra la detención de un inmigrante, de origen senegalés, sospechoso de vender hachís en pequeñas cantidades. Según fuente policiales, las fuerzas de seguridad llevaban dos días siguiendo al senegalés, pero, una vez realizada la detención, los vecinos de Lavapiés han dado vida a una protesta espontánea y pacífica. Agencias locales aseguran que tras dos amagos de carga las fuerzas de seguridad han abandonado la Plaza de Lavapiés, escenario de la protesta. Alejándose entre consignas como "fuera del barrio" y "ningún ser humano es ilegal", las unidades centrales de Seguridad de la Policía Munucipal han llevado al joven sospechoso hasta la comisaría. La unidad vecinal en contra de las frecuentes acciones policiales en el barrio, que a menudo se llevan a cabo siguiendo criterios raciales, ya se había comprobado el pasado 5 de julio, cuando los vecinos echaron a la policía tras la detención ilegal de un inmigrante que intentaba entrar en el metro sin el billete . Asociaciones de vecinos del barrio llevan varios años denunciando las "redadas ilegales" efectuadas por la policía para detener a inmigrantes. A principios de 2009, tras varias denuncias de redadas indiscriminadas, el Minsiterio de Interior había comunicado que para la detención de inmigrantes se habrían usado “únicamente objetivos cualitativos, atendiendo a la problemática delincuencial”. Sin embargo, "los controles de identidad siguen sucediéndose en calles, locutorios y en las proximidades de edificios donde se realizan trámites para la regularización", además que en las mismas viviendas de los inmigrantes, como denunciaba en un reportaje de principios de 2010 le periódico local Diagonal. |