Millones de familias sin expectativas vitales Los peores temores se están cumpliendo. El otoño y el invierno próximos va a seguir destruyéndose empleo de modo acelerado en nuestra economía. El paro registrado (número de personas con nombre y apellido inscritas como desempleadas en las oficinas públicas de empleo) superó los 3 millones en noviembre de 2008. Los 3,5 millones, en marzo de 2009. Los 4 millones, en enero de 2010. Los 4,5 en enero de 2012. Hoy se ha puesto por encima de los 4,7 millones de parados, y, vistas las gráficas, lleva camino de superar los 5 millones entre diciembre y febrero próximos. La otra forma de medir el paro, la EPA -una encuesta trimestral que pregunta a miles de personas si trabaja o no trabaja-, lo pinta aún más negro. En su última medición, al finalizar el segundo trimestre de este año, fijó el número de parados en 5.693.100. Los expertos temen que supere los 6 millones en un par de mediciones más, en el último trimestre de este año. El Gobierno de Rodríguez Zapatero hizo una reforma laboral que no dio frutos y el Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho otra que ni los ha dado hasta ahora ni parece que a medio plazo los vaya a dar. El paro es, según todas las encuestas de opinión pública, la principal preocupación de los españoles. Debería serlo también de los políticos, de los que administran la cosa pública. De los que gobiernan y de los que están en la oposición. De la Administración Central y de las administraciones autonómicas y municipales. ¿Lo es? Por desgracia, muchos de ellos están a otras cosas, y no a solucionar o a paliar el drama de millones de familias que se están quedando sin empleo, sin ingresos, sin ilusiones y sin expectativas vitales. |