Espinoso del Rey - Toledo

¡Cuántos años hacía que no sentía tan pueblerinos olores!
Mi amigo el cura (86 de edad y 60 de sacerdocio) nos pidió ayer por teléfono que fuéramos hoy temprano a su pueblo, a la Fiesta de los co-Patronos San Pedro y San Pablo.
A las 9,00 llegamos, dejamos el coche en su garaje y nos llevó, andando, por una bajada, empedrada y muy empinada, seguimos por otras calles adoquinadas, cuesta arriba, hasta una explanada. Allí percibí olores ya casi olvidados: nunca había visto tanta variedad de ovejas, cabras, vacas, burros, caballos…. Lo que más me llamó la atención –aparte del olor a pueblo de mi niñez- fueron los cabr…, digo los machos cabríos y carneros, dotados en la testa de tremendas cornamentas y entre las patas traseras unos güitos de aquí te espero….Y no digamos los enormes toros que allí se exponían….
Paseamos por las calles, flanqueadas de puestos de todas clases, como es habitual en las fiestas de los pueblos.
Nuestro amigo, el cura, se encontró con otro colega y le dijo: “¿Has visto que siendo éste el pueblo de los curas y los cochinos, estamos casi todos los curas nacidos aquí, pero en la feria no han traído cochinos?” Es verdad, yo le había comentado a mi mujer que era raro ver tanto animal, pero no cerdos, siendo así que a los del pueblo se les llama “cochineros” y en la puerta de la iglesia hay una hembra con cuatro cerditos ibéricos de bronce….
A las once en punto empezaron a sonar todas las campanas de la iglesia, convocando a Misa Solemne. Me llamó la atención –nunca lo había visto antes- el hecho de que dos pequeños monaguillos, vestidos de hábito blanco, daban vueltas alrededor de la iglesia y por toda la plaza, tocando una campanilla y un carillón.
La Misa fue Solemne, concelebrada por doce sacerdotes –también nuestro amigo- , casi todos nacidos en el pueblo. Incluso creo que otros del pueblo no pudieron asistir.
En fin, hoy he recordado olores y sensaciones de mi lejana infancia.
ISPINUM

yo sigo insistiendo en el olor a la calabaza cocida para la matanza para hacer las morcillas lo tengo metido en la nariz desde pequeña¡cuanto me gustaria participar en una matanza,recuerdo que ibamos a lavar las tripas de los guarros al puente paredes y mi padre se balanceaba conmigo arriba del puente como si nos fuesemos a caer yo me moria de miedo mientras mi madre lavaba las tripas,luego cuando se hacia la mezcla para los chorizos y las morcillas se metia en paneras de corcho o madera y se les hacia una cruz "para que no se estropeara la mezcla"hasta el dia siguiente,despues me encantaba ver como salian los chorizos por la maquina y que habilidad tenian aquellas mujeres para hacerlos,a mi me dejaban pincharlos....ahhhhhyyyyy añoranzas .....