Espinoso del Rey - Toledo

ME LO HA CONTADO HOY UN ANCIANO ENTRAÑABLE DE NUESTRO PUEBLO
ES MUY LARGO PERO MUY INTERESANTE.

Cuentan que un viejo agricultor, de familia acomodada, enviudó y dio sus tierras a su único hijo, casado, reservándose una parte para vivir con desahogo. Pasaron los años y, envejecido, necesitaba que lo cuidara otra persona. El hijo pensó que había llegado el momento de que viviera con ellos. Habló con su esposa y ésta se negó a atender a su suegro, no quería tenerlo en su casa. Pasaron los días y el marido no conseguía convencerla. Siempre tenía la misma respuesta: “Para amparar a los ancianos están los asilos. Bastante tengo con atender la casa, a nuestros hijos, a ti y al ganao del corral”. Aquel hombre, fue débil ante su mujer y se dejó convencer. Un día, al amanecer, llegó a casa de su padre y sin mirarle a la cara, aturdido y abochornado, le dijo: “Padre, vamos a hacer la maleta que le voy a llevar al asilo”. El anciano permaneció en silencio, se levantó, agarró la vieja maleta de cartón, la colocó encima de la cama, la abrió y fue colocando su ropa más necesaria. Cogió la fotografía de su mujer, color sepia, tamaño cuartilla, que estaba en la mesita de noche, la estrechó contra su pecho y la besó con toda la ternura que sólo sabe dar una persona mayor. Al mismo tiempo, brotaban de sus cansados ojos unas hermosas lágrimas y resbalaban por su rostro, de arruga en arruga, buscando el curso más rápido para caer y empaparse en el tejido de la ropa desordenada que llenaba la maleta. Finalmente, colocó la fotografía encima de la ropa y la cerró. Ese era su breve equipaje para vivir el final de sus días. Cerraron la casa e iniciaron la marcha. El padre, con la cabeza alta y la mente en otro lugar, caminaba bebiéndose sus lágrimas de tristeza. El hijo llevaba la maleta, ligera de peso, pero agobiado porque era el equipaje del desamor, de la ingratitud, de la falta de afectos y de sentimientos; caminaba con la cabeza baja, arrastrando por el suelo terrizo de las calles su mirada avergonzada. Con paso lento, recorrían el trayecto que les conducía al otro extremo del pueblo donde estaba el asilo. Cuando pasaron las últimas casas, el anciano se paró y, señalando una cuneta de la carretera, dijo: “Vamos a descansar aquí”. Se sentaron. El hijo, extrañado por aquella petición, le preguntó a su padre: “¿Estás cansado?”. “No. He parado porque en este mismo sitio descansamos cuando yo traía a mi padre al asilo, por causas semejantes a las tuyas”. El hijo, con cara de asombro al conocer el acontecimiento, mirando a los ojos de su padre, le dijo con entereza: “Padre, aquí se ha terminado el camino. Vámonos a mi casa”. Entraron en la casa, llamó a su mujer y con energía le dijo: “Este es mi padre y esta va a ser su vivienda hasta el día de su muerte. Si no quieres compartir la vida con nosotros, la puerta está abierta. Te puedes marchar cuando quieras”. La esposa al ver aquella expresión de firmeza en su marido, calló, aceptó y respetó al suegro. El anciano vivió atendido en el seno de su única familia, hasta que el Señor lo recogió ―Qué historia tan humana.

UN SALUDO
TRAKC.10

Muy bonita la historia, Track, y muy ejemplarizante.
Gracias.
ISPINUM

hola a todos.
pero esa historia es real ?????.
me parece espelucnante. ok.
agur.

Pero espeluznante, en qué sentido? por el hecho de que el hijo lleva al padre al asilo porque su mujer no quiere tenerle en casa? o por lo que le dice el hijo a su mujer, poniendo a su padre por delante de su matrimonio?
Yo pienso que la realidad muchas veces supera la ficción, y como esta hay miles de historias: hijos que no quieren ocuparse de sus padres, y los abandonan en residencias para no tener dolores de cabeza (ni ellos ni sus parejas). Pero también está la otra cara de la moneda: personas mayores que se portan auténticamente mal con las parejas de sus hijos, y por eso no quieren tenerlos en casas.
Con tantas historias como se oyen hoy en día, es mejor no generalizar, ni pensar que todos los hijos que llevan a sus padres a una resi es por presión de sus parejas.
Y vaya rollo que os he metido jajajaja
1 saludo a todos!!!

Ah! Track: que me gusta a mi también la historia eh?jeje Se me ha olvidado decirlo antes!

Cierto es Ashlan, depende de que casos la verdad tiene un tinte u otro. En general las personas mayores son algo egoístas y les gusta ir de víctimas para llamar la atención de sus hijos y en muchos casos se quieren convertir en rivales de sus hijos políticos en un acto de simples celos, o para llamar aún más la atención de sus propios hijos, no se dan cuenta que en esta situación quien mas sufre es su hij@.

FELICIDADES POR TU MENSAJE, ME PARECE PRECIOSO, SEGURO QUE EN MAS DE UNA OCASION SE DARAN CASOS COMO ESTE, ENHORABUENA
TRACK.
SALUDOS CORDIALES PARA TODOS LOS DEL FORO
PLS.