Espinoso del Rey - Toledo

I)
PREGÓN DE ERNESTO FERÁNDEZ
EN LAS FIESTAS DE ESPINOSO DEL REY,
06-09-14.
Buenas noches, paisanos y forasteros.
Agradezco vuestra presencia y deseo que disfrutéis a plenitud nuestras fiestas populares.
Y doy las gracias al Sr. Alcalde por haberme elegido para dirigiros unas palabras, que espero no resulten demasiado pesadas.
Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Así que procuraré ser breve para que disfrutéis de nuestras Fiestas.
Hace sesenta años, siendo Novicio en El Escorial, me tocó decir de memoria la Regla de San Agustín en latín. Al mismo tiempo mi mente iba pensando en español. Entonces se me fue el “baifo”, como decimos en Canarias, o sea, que se me fue el santo al cielo, me quedé con la mente en blanco y bajé del púlpito avergonzado.
Hoy leo para que no me pase lo mismo.
Además de celebrar las Fiestas en honor de nuestra Patrona, estamos inaugurando la magnífica reforma de nuestra Casa Consistorial.
Me ha gustado la decoración del Salón de Actos con los retratos de los Alcaldes, entre los que está mi tío Luis, que fue el primer Alcalde Socialista de la Democracia. La distribución y dotación me ha parecido sencilla y funcional, sin derroches inútiles.
Hacía falta la reforma, ya que el edificio se construyó en el año 1945 y estaba muy deteriorado.
Hablaré un poco sobre nuestro pueblo:
Espinoso (ISPINUM en latín por los muchos espinos existentes en nuestros parajes) parece que se formó por los cristianos perseguidos en tiempos de Diocleciano, que se esconderían en nuestros montes y valles huyendo de la persecución. No es de extrañar, pues sabemos que en nuestros valles se escondían los delincuentes perseguidos por la Hermandad de Talavera. De hecho, uno de los valles se denomina Valle Ladrones.
No tiene restos romanos, pero sí se han encontrado monedas romanas al hacer obras. De pequeño, tuve alguna en mis manos, pero desaparecieron por no darlo importancia.
El pueblo no era rico, así que la economía era muy primaria: leñadores, carboneros, pequeños agricultores, hortelanos, ganaderos, cazadores, apicultores, etc.
Hubo alguna explotación de hierro, pues aún quedan restos de una pequeña fundición en El Martinete, en la parte alta de los Huertos de los Castaños. También se explotaba una pequeña mina de hierro en el Valle de Las Gargantas, en el que existía una fuente ferruginosa, cuyas aguas curaban muchas dolencias.
Por el siglo XIX había en el pueblo bastantes moreras y se criaban gusanos de la seda, cuyos capullos se enviaban a la fábrica de sedas de Talavera.
Quizá por eso, en mi infancia, muchos niños criábamos gusanos, que alimentábamos con las hojas de las varias moreras que había en el patio de las escuelas.
Continúa......
Por Ernesto Fernández (Ispinum)

II)
En el siglo XVI, dependiendo el pueblo del Arzobispado de Toledo y la Administración de Talavera, los espinoseños, hartos de los tributos que les exigían, decidieron solicitar del Rey Felipe II la declaración de Villa, título que hoy ostenta y que se simboliza en el rollo de piedra moliza sito en la Plaza del mismo nombre.
El pueblo, que llegó a tener más de 2.000 habitantes en 1950, comenzó a despoblarse por causa de la emigración, quedando en la actualidad menos de 600 habitantes, lo que ha hecho que se pierdan muchas de sus pequeñas industrias.
ALGUNOS DE LOS PRESENTES recordarán que en la década de los cuarenta había varias panaderías, tejares, carnicerías, carpinterías, comercios, dos farmacias, herrerías, molinos de harina y de aceite, muchos pequeños huertos en Sangrera, el Castaño, El Saúco, Fresnedoso, las Vegas, El “Prao”, Paniagua, y otros lugares, hoy casi abandonados.
Con los años, las tierras, bastante pobres, fueron ocupándose por la plantación de olivas y viñas. En el primer tercio del siglo XX las viñas quedaron diezmadas por el mildiu.
Recuerdo, de niño, ir algún día a vendimiar a Paniagua. También ver cómo se pisaba la uva en la bodega que mi abuelo Mariano tenía en la calle de la Pasadera y en la que mi abuela Andrea tenía en el corralón de la calle Genara Sánchez.
Como todos sabéis, Espinoso ha tenido algunos personajes ilustres a los que tenemos calles y plazas dedicadas, así que los omito para no cansaros.
Sí quiero citar aquí a un espinoseño desconocido, que sacó del anonimato el escritor Pérez Reverte en su libro “Un día de cólera” sobre el Dos de Mayo contra los franceses.
Dice el escritor:
“El Cabo Eusebio Alonso, de Espinoso del Rey (Toledo) que, mortalmente herido, y, al ser socorrido por su Teniente, le replica: "Acuda Ud., mi teniente, a quien pueda tener remedio, pues no soy yo el que me he quejado ni llamado, yo no llamo más que a la muerte, que espero conforme, porque muero por mi Rey y muero por mi Oficio".
Creo que Espinoso debe un recuerdo al héroe que fue nuestro paisano Eusebio Alonso.
Mencionaré también a personas sencillas del pueblo: a tío Juan Mencía, que había adquirido cierta cultura y daba clases por la noche en su casa a los adultos (y creo que las daba gratis); a tío Clavel, que todos los Carnavales salía en su burro, disfrazado con ropas viejas, dando bromas a los niños y recitando versos; a tío Frutoso, el Banastero, tocando el tambor con la Soldadesca carnavalera (no había en la Comarca Carnavales como los nuestros, con sus comparsas, disfraces y bromas); a tío Antonio, el Alguacil, que pregonaba por las esquinas, pero el pregón que más recuerdo era: “Con permiso del señor Alcalde, se venden sardinas frescas en casa de Horencio Sevilleja”.
Coninúa....
Ispinum

III
Con frecuencia me vienen a la memoria cosas de mi infancia…
… como el olor a tomillo, romero, jara, chopo, rebollo, castaños que adornaban las paredes y las calles al paso del Santísimo el día del Corpus;
… Y cuando en la noche del Sábado al Domingo de Resurrección los quintos prendían fuego al judas, que colgaba en la cima del chopo más alto encontrado por los quintos en nuestros valles (esos quintos tenían la costumbre de rondar a las mozas, cantando junto a la ventana, al son de pandereta, triángulo, botella de anís, guitarra, acordeón, sin que faltara la bandurria de nuestro paisano Pepe Luis);
… cómo, en la pólvora de las Fiestas de Septiembre, los niños corríamos por debajo de las ruedas, que giraban y emitían chispas y fuertes estampidos;
… cómo en Navidades íbamos tocando la zambomba y, entrando en casa de alguna vecina, decíamos: “Buenas Pascuas, buenos años, que me dé Vd. el aguinaldo, que si no corto la cabeza al gallo, si no a la gallina y si no a la dueña, que está en la cocina”.
En invierno jugábamos a las cartas y saboreábamos el palodú, el regaliz, las habas de algarrobo, los tostones y los cacahuetes en casa de tía Federica.
Y algo parecido hacíamos más tarde en casa de tía Nati.
Y cuando en cualquier fiesta venía el tío Sansanita de Los Navalmorales, con su espuerta vendiendo tostones, cacahuetes y almendras; y los bailes en el salón de tío Claudio o de tío Luciano al son del manubrio y, más tarde, en el Frontón y en el Paraíso, ya con música de orquestas; y los guateques que hacíamos en la cacharrería de mis padres….
Dicen que “la distancia es el olvido”, pero en mi caso no se cumple el dicho.
Marché del pueblo hace 62 años y hace 40 que vivo en Las Palmas de Gran Canaria, a unos 2.000 km. del pueblo. Sin embargo, me acuerdo de Espinoso de mil maneras intrascendentes.
Por ejemplo, cuando salimos al campo, en cuanto veo una mata de hinojo, corto una ramita y me la pongo en la boca. Según noto su sabor anisado, recuerdo que en mi pueblo siempre se usó el hinojo para guisar las aceitunas.
Luego encaro con un arbusto que en Espinoso no hay. Se trata del “ricino”, que tiene las hojas parecidas a las de la parra. Y me viene a la mente la repugnante cucharada de aceite de ricino que nuestras madres nos hacían tomar a la fuerza. Luego cojo la cápsula en la que van tres o cuatro semillas, la abro, y compruebo que son idénticas a los escarabajos de la patata. Entonces recuerdo cuando iba con tío Sergio al “Prao” y yo, niño, le ayudaba a coger los escarabajos, los echábamos en una lata y los machacábamos sobre una piedra.
Y también me viene a la memoria el pueblo cada vez que mi esposa hace migas o ajocano, usando pimentón de matanza que solemos comprar en Espinoso.
No quisiera pasar por alto los juegos de la época, que nos entretenían tanto, fomentando la solidaridad, la amistad y el desarrollo de la inteligencia: las vistas, los chivos, el guá, el rescatao, la gata paría, el cinto quemao, el lique, la trompa, el “visto” y muchos más.
Hoy día nuestros hijos y nietos tienen otros juegos y diversiones más sofisticados, que con frecuencia los mayores no llegamos a comprender.
¡Cómo han cambiado los usos y costumbres en estos años!
Antes los niños de párvulos íbamos a la escuela con una pizarra, un pizarrín y una cartilla de rayas o con el catón en un cabás. Después, según el grado, llevábamos, un cuaderno, un lápiz y una enciclopedia en la que se incluía todo lo que una persona debe saber para ser “hombre de provecho”. Hoy da pena ver a los niños cargando a la espalda una mochila llena de libros, móvil, tablet, bocata…
Seguro que algunos de los aquí presentes recordarán cuando alguna señora de Navaltoril o Piedraescrita paseaba por las calles de Espinoso un burro con un jaulón sobre la albarda, en el que iban tres o cuatro lobeznos. Tocaba a la puerta de las casas para que viéramos su gran servicio en limpiar los montes de alimañas. Nuestras madres le daban una perra como agradecimiento. ¡Hoy día la multarían!
Cuando en los años cuarenta despachaba a las mujeres en la tienda de mis padres su cartilla de racionamiento, al servirles el azúcar moreno siempre suspiraban por el día en que pudieran endulzar la infusión de malta o achicoria con azúcar blanca. Hoy el azúcar moreno cuesta el doble que la blanca.
Bueno, no quiero aburriros más…
Sí quiero dedicar un cariñoso e inolvidable recuerdo, en nombre de toda la familia, a mi hermana Conchi, que mañana cumpliría años y nos dejó hace poco.
Quienes me conocen me han dicho que no os dé la tabarra con mis nostalgias de anciano que chochea. Así que ahora a cenar y luego ¡A DIVERTIRSE TODOS Y TODAS!
Los jóvenes se apretujarán junto al tablado de la orquesta, mientras los mayores nos pondremos a mover el esqueleto, bailando como trompas. Y todos a disfrutar de nuestras FIESTAS, cada uno a su gusto y manera.

¡VIVA ESPINOSO DEL REY! ¡VIVA NUESTRA PATRONA Y ALCALDESA DE HONOR, LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS!
Fin
Ispinum

A mi concretamente me pareció un pregón flojillo, diciéndo cosas muy machacadas y sabidas ya por todos, demasiado peloteo al Alcalde y sumado a la falta de iluminación y con un sonido malísimo, creo que no pasarás a la historia como Pregonero de fiestas.

Desconocía que había fallecido tu hermana Conchi, mi cuñada tenía muy buena relación con ella. Acepta mi más sentido pésame,que hago extensible a toda tu familia.