Espinoso del Rey - Toledo

Copio la noticia que sigue, al acordarme de que el 08-05-1954 yo presencié en el mismo aeropuerto de Cuatro vientos una exhibición similar (aunque por entonces el aeropuerto estaba en pleno descampado).
En ella participaba el príncipe Cantacuceno, rumano, y el español capitán Vicente Aldecoa Lecanda, que falleció, al chocar su avión contra el suelo, mientras su esposa presenciaba el espectáculo.
De L.D.
“””Accidente mortal en Cuatro Vientos: un avión pilotado por un Comandante se estrella a 500 metros del público
por Pepe Mejía
Lunes, 06 de Mayo de 2013 14:32
Ocurrió en el aeródromo de Cuatro Vientos, en el barrio de Carabanchel-Latina en Madrid, y nuevamente la ciudadanía está preocupada por los peligros que ocasiona la situación del aeródromo en un distrito que es el mayor de todo Madrid.
En la mañana del domingo 5 de mayo de 2013, un avión que participaba en la mensual exhibición aérea en el aeropuerto de Cuatro Vientos se ha estrellado, causando la muerte de su piloto, Ladislao Tejedor, y heridas de diversa consideración a varios asistentes.
En primer lugar queremos transmitir, la Asociación de Vecino de Carabanchel Alto de Madrid, las condolencias a la familia del fallecido, y desear la pronta recuperación de los heridos.
Pero también queremos recordar las denuncias realizadas por esta Asociación de Vecinos en varias ocasiones, por los peligros de tener un aeropuerto que ha quedado rodeado por viviendas por la temeraria y especulativa política urbanística llevada a cabo por los últimos gobiernos del Ayuntamiento y Comunidad de Madrid.
También hemos llamado la atención del peligro añadido que tenían estas exhibiciones aéreas que sobrevuelan, a muy poca altura, las viviendas habitadas por vecinos”””.
Cuando visité a mi hijo, que estaba haciendo guardia en la garita del aeropuerto, que da a la Avenida de la Aviación, me llamó la atención ver que el nombre de las calles de la urbanización que está enfrente es “MONROY”, por lo que pensé si sería en honor de Don Antonio Monroy Cordero, el médico que tuvimos en el pueblo durante muchos años, al que siempre he recordado con cariño. Algunas veces he contado la anécdota de que D. Antonio me ponía sobre sus rodillas en el corral de mi casa para ponerme una inyección en mis posaderas. Terminada la faena, me desahogaba tirando piedras a nuestras gallinas.
Casualmente, un tío de mi mujer, también médico, se llamaba Antonio Monroy. Otro motivo para recordar.
ISPINUM