La libertad de expresión es una grata y laudable conquista de las democracias.
Entiendo que la libertad de ideas y sentimientos no tiene límites. Quedan en la intimidad de las personas y no dañan a terceros.
Sin embargo, la libertad de expresión y acción creo que debe estar limitada por el derecho de los demás.
Es decir, no debe ser una bula para decir o hacer lo que a cada uno le apetezca, aunque dañe los intereses o sentimientos de otros. Observo que muchos justifican ciertas expresiones y actuaciones basándose en el derecho a la libertad.
Esas mismas personas no son tan benevolentes cuando son otros los que abusan de esa libertad.
A mí no se me ocurriría nunca, por ejemplo, pisotear o quemar la “senyera”, ni silbar o hacer burlas al escuchar “els segadors” o ver a unos muchachos formar “castellets” o bailar “sardanas”. Últimamente estoy viendo que en muchos lugares no se respetan los sentimientos de otros, que son tan legítimos como los suyos.
No sé si se me entiende.
ISPINUM
