Escalona - Toledo

Hoy empezare mi mensaje formulando una pregunta: ¿Dónde está esa sociedad, que tanto predican en campañas electorales, en las cuales nos hacen ver que todo el mundo tiene las mismas oportunidades?.

La cruel realidad es que cuando uno sobrevive a un gran disgusto, nos parece que todo está perdido, pero no es así, ya que la vida suele darnos lo que comúnmente llamamos la segunda oportunidad, aunque en realidad las oportunidades que nos da la vida son más de dos.
En la mayoría de la vida de cada persona se produce un gran debacle en algún momento, por ejemplo podríamos asimilarlo a una gran enfermedad, a una gran desilusión, a la muerte de alguien cercano, a una iniciativa laboral frustrada o alguna situación similar, nuestra primera reacción es que damos por sentado que aquí se acaba todo, es como si fuera nuestro particular fin del mundo. Damos casi por sentado que no podremos levantar cabeza, asimilamos estar en un callejón sin salida, con un acceso completamente vedado a nuestra propia felicidad.

Casi siempre solemos dividir esta situación en etapas, y por lo general la primera de ella es la negación, (a mi no me puede estar pasando esto, tiene que haber una equivocación, están a punto de llamarme por teléfono y esa llamada va a terminar con este pesar que siento), nuestra propia negación es la primera respuesta que nuestra squis nos obsequia y nos lleva a un estado profundo de desesperanza, entonces es cuando nuestro ego manda a nuestro propio mecanismo de supervivencia a luchar contra esa agresión provocada por esas malas noticias, y luchamos con todo nuestro empeño en que no se convierta en realidad lo que estamos padeciendo en esos momentos.

Este tipo de manifestación casi siempre suele llevarnos a un estado de depresión, ya que desde un principio no vemos la salida, y aunque se llegara a tener la idea de cómo dejar atrás este camino tan oscuro, nuestra solución no es momentánea y nos requerirá mucho trabajo y esfuerzo.
Pero esto no nos tiene porque llevar a una fluctuación entre la depresión y la exaltación, en la que nos tenemos que comer el mundo, no podemos asimilar que nuestra situación la cambiara por arte de magia el hada del país de las maravillas.

Hay que tener muy en cuenta en este punto que no hay actitudes buenas o malas, ya que en nuestros momentos de crisis reaccionamos como podemos y es muy bueno francamente positivo permitirnos a nosotros mismos que así sea, ya que lo que nos produjo este malestar es como un proceso, pero salir de esta situación también lo será, por ello debemos de tener presente que nos tenemos que basar en intentarlo las veces que hagan falta, para lograr tener éxito en nuestras aspiraciones, ya que nada es permanente y todo cambia.

La cuestión es que si vale la pena vivir y apostar por el futuro, ya que de allí nos vendrá un sinfín de oportunidades en todos los conceptos, pero claro debemos tener muy presente que una excelente manera de descubrir nuevamente la transparencia es con compañía, en resumen seria tener en cuenta el saber pedir ayuda a quien nosotros confiemos o sea para mejor decirlo a quien creamos conveniente ya que esa es la clave en este momento.

Pero para elaborar el trabajo de salida de esta situación tan dura, lo primero que debemos de asumir es aceptarla, y ello nos implica en saber claramente que en efecto, que esto tan temido a tenido lugar, si sabemos aceptarlo entenderemos que en efecto eso tan temido nos está pasando a nosotros, aunque no lo merezcamos, no queramos o no sepamos qué hacer, si, nos está pasando, deberemos de asumir la situación en primera persona, una vez asimilada la realidad, el dolor se nos quedara atrás.
Debemos saber y entender perdonarnos incondicionalmente, por todas aquellas alertas que recibimos, por nuestra propia negligencia o por la extrema inocencia con la que solemos actuar muchas veces, por haber confiado en terceras personas o en nosotros mismos, por no haber sabido escuchar lo que nos decían, o simplemente por haber callado nuestras propias voces interiores.

Si somos capaces de aceptarnos a nosotros mismos lograremos llegar al camino que nos conducirá a la aceptación, aunque ello sea el puente que nos lleve del dolor a nuestra propia paz interior, esto es la conexión con nuestra condición como seres humanos, falibles, con errores, con defectos, al igual que a todas las personas que nos rodean, si sabemos poner en orden y asumir nuestros errores como propios nos aportara claridad en nuestras conciencias, ya que conocer esta situación será la base fundamental en lograr nuestro equilibrio psicofísico.
Entonces podremos observar que el presente nos abres sus puertas y la vida continuara dándonos oportunidades.

Si logramos entender con exactitud que nos sucede trabajaremos con la realidad, y así podremos contar con un abanico enorme de oportunidades en la vida, así lograremos marcarnos el camino a seguir, ya que absolutamente todos, tenemos la capacidad de trabajar por un futuro mejor, ya que cada día puede significar una nueva oportunidad, y sabremos transformar un nuevo comienzo, será el primer paso para enfocarnos nuestra lucha, nuestro futuro mejor, si así lo decidimos, y sobre todo si no te encuentras con terceras personas, que te hagan recordar los pasos negativos que tuviste en tu pasado, por todo ello yo grito:
¡Yo también quiero ser aceptado!

Gracias por leerme
luismgon

Como y cuanto duele la verdad...?

luismgon