Escalona - Toledo

¿Escucha, no te acuerdas de lo nuestro…?
¿Ostras perdona, ni me acordaba de nuestro compromiso…?.
En esta sociedad hoy en día es muy fácil el faltar a nuestros compromisos, ya sea por olvido o porque no le damos la importancia que tienen, en todo el resumen del orden de nuestras vidas, las promesas y los compromisos juegan un papel importante, quizás en otras épocas no se les dio la importancia que le damos hoy en día, ya sea por motivos laborales, por cualquier cita, pero hoy por hoy un compromiso tiene mucho valor y por ello estaremos ojo avizor a los compromisos y promesas que dentro de nada tendremos en nuestro menú diario.

Ya que nuestras relaciones venideras de todo género hoy en día, proceden de la violencia más extrema, antiguamente el trabajo era una esclavitud pactada, el trabajo fue evolucionando o mejor dicho su definición como tal, antes claro tenias que bailar al son que te marcaba el señorito, y hay que reconocer que estas circunstancias te hacían vivir en un estado de dependencia, ya que no podías contradecir en nada, porque si te echaban del trabajo, prácticamente se corría la voz y eras una persona “non grata” y francamente lo tenias muy difícil para encontrar otro empleo.

Pero no está más lejos de la realidad que estamos volviendo casi a esos tiempos, ya que hoy el trabajo es como una esclavitud impuesta, por los empresarios, políticos y sindicalistas, ya que nuestro Estado está formado y evoluciona pasando por los más crueles sistemas de sometimiento, (si no eres de mi partido y no me votas te vas a comer las piedras) por Dios, basta ya de chantajes, malos rollos, resentimientos, de pedir algo a cambio, de someternos a la sumisión. Hoy en día nos cuentan o nos quieren hacer ver, que esta violencia se ha suavizado en la medida en que el político acepto aflojar el rigor de su dominación, a cambio de que el votante acepte voluntariamente la propia dominación, en los limites que se determinan, sin luchar contra él, así que de este modo la relación política, a medida que pierden en rigor impositivo, ganan en compromiso.

¡Y un cuerno¡…, eso que es, compromiso en la antigüedad siempre en este acto se depositaba una fianza, era un convenio, es decir un acuerdo de ambas partes, pero con la evolución debieron de ser muchos los compromisos que no se cumplían, y tuvieron la idea de aumentar la palabra ya no era compromiso, ahora se trata de compromisos unilaterales en que solo uno se compromete, tiene asignado (que conste que está en pleno vigor) el valor del engorro inconveniente, y francamente sus excusas nos las suelen dar muy a menudo, (por favor, no me vallas a poner en un compromiso), ( no me fastidies… esto es muy comprometedor), (no querrás comprometerme a mí con esto)…, con esto les queda en pie toda su integridad semántica de orden económico o político.

¡Basta ya! No se dan cuenta que conforme va avanzando la sociedad, estas resoluciones van quedando obsoletas, que van perdiendo fuerza, que prevalecen los significados más limitados e incluso los negativos, porque ahora ya no se lleva eso, por favor no se estila como antes el estar comprometidos, ni celebrar ni admitir compromisos. Pasa tronco… ahora lo que se lleva es enrollarse.

Así que en resumen, ya no son buenos tiempos para los compromisos, los auténticos, quizás no lo hayan sido casi nunca y esto no haya sido nada más que un espejismo, que lejos queda ese tiempo donde la palabra dada estaba por encima de todo, pero amigos, hoy hay que reconocer la decadencia de los compromisos, la imposibilidad de ponernos de acuerdos unos y otros, lo que nos lleva casi en la mayoría de las ocasiones a vivir en estado de máxima violencia, o mejor dicho a la fuerza bruta, ya sea en el termino privado como en lo público, esta violencia que nos genera es evidente de que se han roto los compromisos en los que se había asentado el pacto de convivencia, pero hoy nos deja muy largo el camino para poder lograr dicho pacto, ya que yo no estoy de acuerdo contigo, y tu no lo estás conmigo, por ello nos debemos de preguntar:

¿Dónde está nuestra armonía de convivencia?, mejor será preguntárselo a Lobaton.

Gracias por leerme
luismgon