EL AVE FENIX. Hola buenos días Foro, después de estar un largo tiempo ausente en publicar escritos, me creo que me debo a mi necesidad de cómo el Ave Fénix, resurgir de mis cenizas, esta nueva etapa que quiero escribir me prometo a mi mismo no entrar al trapo con discusiones absurdas con nadie, porque para este menester ya hay gente que se dedica a ello. Así que voy a dejaros este mensaje que las mentes despiertas se que lo van a entender y comprender, porque mientras este mundo nuestro parece volverse más caótico cada minuto que pasa, la mente humana anhela la belleza de la estructura y el orden, (por lo menos este es mi caso), encendemos el reproductor de cds y por un breve instante los compases regulares de la música atemperan la confusión, también el correr durante media hora marcando el paso nos hace dueños de nosotros mismos. El ansiado reposo que obtenemos una vez al año, en vacaciones, modifica nuestra vida familiar y nuestras relaciones, de lo que probablemente no nos damos cuenta es que todas esas influencias relajantes son intrínsecamente rítmicas. La música guarda un ritmo y un compás obvios, correr es repetir rítmicamente un ciclo de movimientos, y el apacible romper de las olas en la playa constituye un ritmo multidimensional del agua. Una vez que se es consciente de los ritmos, uno se da cuenta de que se hallan por doquier, tanto a nuestro alrededor como dentro de nosotros mismos. Nuestro mundo ha sido orquestado para constituir un medio rítmico, si bien un tanto complejo. Los ritmos del día y de la noche, el paso repetido de las estaciones, la estructuración mensual y diaria de las mareas e incluso los lentísimos ciclos históricos del clima terrestre tejen la trama rítmica de todo lo que nos rodea. La vida adapta sus ritmos a los del entorno, el sentir repentinamente los propios latidos o el ser consciente del propio ritmo de la respiración son dos ejemplos corrientes dentro de la gigantesca gama de los ritmos de la vida. Pero la conclusión más sorprendente a la que se llega tras analizar y examinar detalladamente esos ritmos es que la especie humana, y prácticamente el resto de las criaturas que habitan el planeta, poseen una habilidad innata para medir el tiempo, como si del mismísimo Supermán se tratará, nuestros cuerpos y de los animales y las plantas se acompasan a los ritmos del entorno, sin referencia alguna a las agujas del ningún reloj. Aquí no hay trampa ni cartón, sino que es la fuerza que gobierna toda la vida en la tierra. Gracias por leerme. luismgon |