La gratitud te da más, que lo que tú das. Uno de los riesgos de la globalización es la pérdida de señas de identidad cultural de los pueblos. Con los pretextos de modernización e integración de los países, se impone el proceso de asimilación cultural a escala global. Hay antecedentes históricos con la romanización de las provincias conquistadas por el Imperio Romano. El resultado siempre es el empobrecimiento de las manifestaciones culturales de unos territorios forzados a pautas extranjerizantes, que no guardan relación con sus orígenes ancestrales. Cada vez que publico un artículo en el que utilizo un registro lingüístico distinto al puramente enunciativo, paródico o simbólico por ejemplo, suelo recibir respuestas iracundas u ofendidas de lectores, incluso de lectores abnegados, que me reprochan tal o cual observación, por considerarla desconcertante. Nunca deja de sorprenderme que no hayan probado otra lectura distinta a la epidérmica antes de ensayar sus improperios. Si la probaran, tal vez se sentirían más gratificados (o, por el contrario, su iracundia se acrecentaría), pero sobre todo percibirían cómo la realidad se ensancha, revela pasadizos que hasta entonces les habían pasado inadvertidos, les permite respirar un aire imprevisto más intenso. La maledicencia es como un mundo oscuro que ve el mal donde no se encuentra, y se ciega para ver cualquier forma de bien, no entiende de valores, ni de heroísmo, el criticón salpica todo lo que pueda ser bueno a su alrededor para que el mundo se vista de tinieblas, egoísmos y bajezas. Nadie puede ser bueno para el criticón, quizá porque el ladrón piensa que todos son de su condición... Nadie quisiera ser tan miserable, todos podemos serlo un poco si acogemos y aceptamos esas semillas de cizaña que va sembrando, aquí y allá, el criticón con sus mentiras, no es fácil cortarle las alas, pero podemos, con un poco de prudencia y un mucho de valor, detener el daño de su lengua, no divulgar ni una sola palabra de crítica a nadie si notamos que se trata de una simple suposición o conjetura, dejar que el veneno quede ahí, sobre el suelo, ante nuestra indiferencia: no queremos ser cómplices de los que viven para denigrar a los demás. Si alguien pusiera veneno en el agua que vas a beber, ¿la tomarías?, la respuesta obvia es: ¡No! los venenos químicos que podemos ver, probar, tocar y oler pueden causar la muerte. Afortunadamente, somos los bastante inteligentes como para saber que no debemos ingerir sustancias venenosas, pero… ¿qué en el caso de nuestra mente?, repetidamente, la gente se envenena la mente con una actitud negativa, y pese a que no podemos ver esa actitud negativa, es igual de mortal. La actitud negativa empieza con pensamientos negativos, la actitud negativa es el veneno que mata los sueños, y necesitamos detenerlo antes de que nos contamine la vida. El pesimismo atrofia la vida de uno de alguna manera, priva de la oportunidad de desarrollar al máximo sus posibilidades y alcanzar sus más caros deseos y objetivos, condena a muchos a correr la frenética carrera por la mera supervivencia la rutina diaria, porque se convencen de que nunca podrán llegar más lejos. Genera depresiones y otros trastornos mentales, los cuales a su vez provocan trastornos físicos, el pesimismo se traduce en críticas negativas y destructivas, las cuales hacen estragos. Estragos puede parecer una palabra fuerte, pero eso es lo que producen, ya que las posibilidades que había para hacer el bien, algo grandioso o alcanzar el éxito quedan frustradas, son muchas las personas que desean emprender grandes cosas, pero la actitud pesimista de creerse impotentes resta la oportunidad de hacer realidad esos sueños. Si te das cuenta que estás pensando de manera negativa, piensa de nuevo, lucha por pensar de manera positiva, que sean pensamientos, que den apoyo, así eliminaremos ese veneno, vigila los pensamientos que permites que entren en tu mente, pero al igual que vigilas tus pensamientos, cuida las palabras que dices, escucha con atención cada palabra que sale de tu boca, ten cuidado con la excusitis, porque la excusitis es una enfermedad que hace que la gente constantemente ponga excusas, cuando te oigas quejarte para de inmediato. Crea el vocabulario de una persona exitosa, positiva, alentadora, se apasionado al hablar y expresa entusiasmo con tus palabras, la energía de las palabras que dices es una poderosa fuerza que es creativa. Parte del proceso de cambiar la energía de tus pensamientos de negativo a positivo es estar agradecido (a) por los regalos de la vida y centrarte en lo que es magnífico en cada situación, la actitud negativa es el ancla que te impide avanzar, ¡rompe tus ataduras, líbrate hoy, y se la persona más positiva, optimista, que conoces! Demuestra agradecimiento y aprecio a los demás, la gratitud te atraerá más de las cosas que deseas, si hasta ahora has tenido una percepción negativa de ti, da una vuelta de hoja y transfórmate en una persona tan llena de optimismo que no puedas menos que influir para mejor en el prójimo. La alabanza y el optimismo son muy eficaces y contagiosos. ¡Así que se un portador de ellos! ¡Lo que era tu flaqueza puede convertirse en uno de tus puntos fuertes! Gracias por leerme luismgon
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