Escalona - Toledo

¿Quién no tiene una víbora en su vida? ¿En el ámbito familiar o en el laboral? En el ámbito familiar las víboras suelen adoptar la forma de cuñadas, generalmente son un personaje femenino de la familia política.

En el ámbito laboral suele ser una superior o peor aún una compañera.
¿Por qué en femenino? Las víboras que habitan en estos entornos familiar o laboral también pueden adoptar la forma masculina, pero está comprobado que el veneno y la ponzoña que pueden lanzar estos seres son más dañinos en la forma femenina. Las formas masculinas dañinas suelen denominarse cabrones (machos de la cabra), pero esto será tema para otro día.

Las víboras (en femenino de ahora en adelante) suelen atacar a sus presas mediante veneno escupido a través de sus palabras, de sus actos y de sus gestos. A veces el objetivo es beneficiarse a sí mismas (creo que podríamos llamarlas víboras trepadoras) pero otras veces la única finalidad es la de dañar y hundir a su presa.

Las víboras son muy venenosas y se caracterizan por poseer un par de colmillos largos y huecos en la parte delantera de la mandíbula. Estos colmillos se retraen contra el paladar cuando la boca está cerrada y, cuando ésta se abre se ponen rápidamente en posición para atacar a la presa, para inyectar un veneno mortal. Esto nos da una idea de que las víboras, aunque no lo parezcan, siempre están preparadas para lanzar su veneno, y además suele pasar en cuanto que abren la boca.

Las víboras viven en todo el mundo por su gran facilidad de adaptación al medio. Esta gran capacidad de adaptación hace que se encuentren víboras en todos los ámbitos; en el ámbito laboral va desde el sector servicios, pasando por la administración pública, e incluso en educación, industrias, talleres,…etc. Las víboras son observadoras, frías y calculadoras, son cazadoras natas; una vez que escogen una presa, acabarán machacándola con su veneno.

Este tipo de víboras es difícil de localizar y más aún de aniquilar, suelen revestirse de muchos colores, atractivos diseños, mirada dulce en algunos casos, y es difícil de entrada descubrir que están lanzando su veneno contra alguien, porque además, se enroscan, dan mil vueltas, para que parezca que el veneno ha sido lanzado por otra persona.

Se vuelven más peligrosas si se unen en el ataque junto a otras de su misma especie, e incluso, aunque se unan a simples culebrillas, sólo se las puede aniquilar o cortándoles la cabeza o descubriendo su nido, descubriendo su veneno, y procurar aislarlas para que acaben mordiéndose a sí mismas, de todos modos, como es difícil descubrirlas y aniquilarlas hasta que ya han provocado el daño, lo mejor es intentar eludirlas.

Ir por otros caminos diferentes al suyo, no confiar en las culebrillas, pues forman parte de su pérfido séquito y si no, huir, huir para evitar el daño o enfrentarse a ellas asumiendo las consecuencias, estas víboras, aunque a mi modesto entender siempre estarán a la altura del lodo, no son reptiles, son bípedas, caminan a dos patas, y todo lo dicho no sé si tiene base científica o no, es una mera reflexión personal, pero os aseguro que haberlas, las hay.

Gracias por leerme
luismgon