BUENA GENTE O HIPOCRITA A veces nos creemos superiores y en realidad nos estamos convirtiendo en hipócritas, voy a intentar explicarlo muy sencillamente, si somos una de esas personas que se define a sí mismo como muy buena gente, e invertimos parte de nuestro tiempo tratando de convencer a otros de sus sólidos principios solidarios, es muy probable que seamos simplemente o nos estemos convirtiendo en un hipócrita”. Suena bastante provocativo, por ejemplo si estudiamos nuestra relación para con los demás, si después de una larga jornada te sientas y reflexiones sobre dicha jornada, estoy casi seguro que tus resultados te revelan que la mayoría mentían, pues casi todos se sienten elevados o crecidos de los demás, en temas de solidaridad, de moral, etc., y en realidad son los peores de todos. Si en realidad nos metiéramos en el campo psicológico y social, nos daríamos cuenta que estas personas tienden a justificar su hipocresía, porque ellos lo ven como una causa mayor. Es decir para estas personas, la mentira seria un mal necesario, para vanagloriarse y poder llegar a una posición que les facilite ayudar a más gente en los principios, que ellos afirman poseer. Pero ateniéndonos a los resultados, nos sorprendería menos la revelación que precisamente estas personas serían las más categóricas a la hora de juzgar a sus pares que caen en estas faltas. En esta reflexión, quiero y me debo a mi mismo hacer hincapié en que otras investigaciones personales, ya me han confirmado que quienes se sienten llamados a ”ser superiores” en el ámbito de lo humano, tienen mayor tendencia a afiliarse a organizaciones políticas y/o humanitarias que asumen como misión las consecución de estos mismos ideales. No puedo negar que me inquietó llegar a esta conclusión tan desestabilizadora. He crecido escuchando que las contradicciones humanas son tan normales, pero igualmente tan poco asumidas, que cada vez que quedan al descubierto son motivos de asombro y desencanto. No he podido evitar pensar en mí mismo, en las veces que he sido categórico a la hora de juzgar las opciones de otros, y también en las que otros (juzgan o) han juzgado las mías. Complicado creer que un estudio personal como éste pudiera ser representativo de la realidad, pero igualmente interesante de asumir, especialmente cuando nuestras propias contradicciones parecieran refugiarse continuamente en las”desgracias” ajenas. Debo confesar que mis sospechas aparentemente se han confirmado. Sin embargo, la forma en que puedo ocupar esta información en mi propio desarrollo y relación con los demás, es obviamente otra historia. Por cierto, una historia mucho más compleja y decisiva que la simple”satisfacción” de reafirmar una vieja intuición. Gracias por leerme luismgon
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