07-12-09 13:36 | #4063793 -> 4063774 |
Por:luismgon ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: EL ORO DE MOSCU El control soviético de los comunistas españoles. La extensa documentación aportada por Mitrojin demuestra de forma fehaciente la existencia cierta, sin ningún matiz irónico, del "oro de Moscú". Como en otros tópicos la realidad demuestra que Franco sí tenía razón. Destaca ya que desde 1936, producida la maniobra de unión entre las juventudes socialistas y comunistas bajo el mando de Santiago Carrillo, éste pasó a ser controlado no sólo por el aparato de la Internacional comunista, sino de los servicios de inteligencia soviéticos, en aquella época la NKVD. Concretamente bajo la supervisión de Iosif Grigulevitch, en nombre de código "Maks" y "Felipe", uno de los más importantes "ilegales" soviéticos, quien durante la guerra española participaría activamente en la purga de trotskystas en las Brigadas Internacionales, así como en acciones de sabotaje detrás de las líneas nacionales. Grigulevitch se convertiría en"padrino laico" de S. Carrillo. Carrillo demostraría su ortodoxia estaliniana denunciando a su propio padre, socialista, Wenceslao Carrillo, manifestando textualmente :" Entre un comunista y un traidor no puede existir ninguna relación". Más tarde, naturalmente en plena desestalinización, renegaría del estalinismo afirmando que durante muchos años sólo una pequeña minoría conocía los excesos estalinianos. En el exilio, y en 1960, Carrillo sería nombrado secretario general del PCE. En 1968 olfatea vientos de cambio y empieza a deslizarse hacia lo que sería conocido como eurocomunismo, y el comité ejecutivo del PCE se muestra hostil a la intervención soviética en Checoslovaquia. Los principales miembros con obediencia ciega a Moscú, Eduardo García y Agustín Gómez, así como Enrique Lister, son apartados del PCE en 1969 y 1970. Esto no sienta nada bien a un personaje tan poderoso como Boris Ponomarev, jefe del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, bajo cuyo control se administraba la ayuda a los partidos comunistas de todo el mundo que no estaban disfrutando del poder, y en el caso español con la colaboración precisa del Departamento correspondiente a España del KGB, dentro de la estructura del ler Directorio Principal. Se agrian poco a poco las relaciones, y a la muerte de Franco, Carrillo con la complicidad de personajes del Régimen, alguno en altísimo puesto, comienza a preparar la reaparición del PCE como partido legal, contando con la bien conocida colaboración del mediocre, pero gran oportunista, Adolfo Suarez. En 1976 y sin pedir la preceptiva autorización de Ponomarev, Carrillo abandona su cuartel general de París y entra secretamente en España. El 6 de diciembre, desde la sede central del KGB en Moscú, dirigido entonces por Yuri Vladimirovitch Andropov, concretamente desde el l.er Directorio Principal, y desde su departamento 5° encargado entre otros de los asuntos de España-, se envía un comunicado urgente a la "residencia" -la residencia es la sede local del KGB en las embajadas soviéticas en el mundo- de Madrid, urgiéndola a averiguar si son ciertos los rumores según los cuales Carrillo se encontraba en España. El "residente" -máximo cargo del KGB en la embajada--informa de un encuentro secreto con personalidades del Régimen, y después del paripé de detención el 22 de diciembre, el "residente" en Madrid informa a Moscú de un encuentro secreto entre Carrillo y Suarez, bastante tiempo antes, por tanto, de la legalización del partido comunista español en abril de 1977. La fuente principal de la residencia madrileña del KGB en el seno del partido comunista español es un destacado miembro del Comité Central y del comité ejecutivo, equivalente al "politburó" soviético, Ignacio Gallego, cuyo nombre en clave para el KGB es "Kobo". Los fondos soviéticos para el PCE hasta marzo de 1976 eran dirigidos a través del partido comunista de Francia. Pero el 16 de marzo el "politburó" ordena al KGB ( orden n°. P-1/84) efectuar directamente los pagos a Ignacio Gallego. Parece ser que una parte de dichos fondos se destina a Gallego personalmente, y no al comité ejecutivo del PCE, para que pueda cultivar sus contactos. El 6 de diciembre de 1976 el "politburó" da su visto bueno (orden n° P 37 / 39-0P) al pago de 20.000 dólares a Gallego para la compra de un apartamento en Madrid. Gallego se guarda de criticar a Carrillo abiertamente, pero en privado no oculta sus críticas al secretario general, acusándole de representar un peligro para el partido comunista español y para el comunismo internacional. A comienzos de 1977 Gallego se sirve de su mujer, en clave "Lora", para transmitir a la residencia del KGB en Madrid, el papel de Carrillo en un libro a aparecer conjuntamente con los dirigentes de los partidos comunistas francés e italiano sobre el eurocomunismo. La central moscovita del KGB se indigna por la situación en que se coloca a la URSS. Gallego informa al KGB de que el antaño periódico sindical "Pueblo", ahora entregado abiertamente a la izquierda, proyecta enviar un periodista a Moscú para entrevistar a algunos disidentes, y rápidamente la embajada rehusa el visado. Carrillo piensa que una vez que el rey y Suarez han destruido el antiguo régimen e instaurado la partitocracia en España, el PCE será la fuerza dominante de la izquierda al estilo del partido comunista en Italia; pero otras fuerzas internacionales muy poderosas, y una vez purgado el partido socialista de Llopis y fuerzas del exterior, escogen a Felipe González como dirigente de la izquierda. En Moscú se contempla con satisfacción la vuelta para España de una estalinista senil, Dolores Ibarruri, "La pasionaria", quien no pierde ocasión de cantar las glorias de la Unión Soviética, poniendo en un brete a Carrillo. En 1978 la querella entre el PCE y el PCUS aumenta de tono, y el KGB continúa facilitando a Gallego 30.000 dólares anuales, aparte de los gastos extraordinarios, pero el residente del KGB en Madrid, Viktor Mijailovitch Filipov informa a Moscú que aunque Gallego sigue fielmente la línea impuesta por la residencia, no puede conseguir un resultado eficaz frente a Carrillo. Posteriormente se produce la "debacle" continuada del PCE, su pérdida de influencia en la política española, Carrillo cede su puesto al joven Gerardo Iglesias, y el KGB imputa a Carrillo el desastre. Un miembro de la residencia de Madrid, con una cobertura habitual, en este caso la de corresponsal de la agencia de noticias Tass, Anatoli Krassikov, publica un libro abundando en el error del eurocomunismo. Nada menos que el ya citado miembro de la "nomenklatura" soviética, Boris Ponomarev, en un informe secreto de comienzos de 1983, afirma que en tanto Carrillo conserve su influencia el PCE permanecerá inmerso en una caída contínua. Por último, en enero de 1984, siendo presidente del KGB Viktor Chebrikov, Moscú financia con 50.000 dólares la creación por Gallego del PCPE partido comunista de los pueblos de España-, parte integrante del "movimiento comunista internacional", según elogia "Pravda". Pero el PCPE no logrará, a pesar de los esfuerzos soviéticos, pasar de ser un grupúsculo escisionista. En 1986 los restos comunistas se fusionarán con dos partidos de izquierda más modestos para constituir "Izquierda Unida". Como se desprende de forma nítida y evidente, el "oro de Moscú" no constituía una fantasía; por el contrario supuso una realidad irrefutable. Gracias por leerme luismgon | |
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07-12-09 14:21 | #4064065 -> 4063793 |
Por:FULANITODETAL ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: EL ORO DE MOSCU Éste es el caso de Negrín, que fue ministro de Hacienda de la República española durante la guerra, acusado de haber robado todo el oro del Estado y haberlo trasladado a Rusia. El propio Negrín se cuidó de preservar, en un banco francés, toda la documentación que justificaba que el gasto de estas reservas se había hecho para financiar los costos de la guerra y para alimentar al pueblo español. A pesar de la claridad de las cuentas, el doctor Negrín pasó a la historia como el ladrón del Oro de Moscú y no como el patriota que fue realmente. El patriotismo, entendiendo como el orgullo de pertenecer a una patria, es un concepto del que se ha apoderado la derecha gracias, en gran medida, a la laxitud con la que hemos cedido su titularidad la izquierda. Ser patriota, como Negrín, consiste en defender la libertad y el progreso de tu pueblo. Por tanto, no debe excluirse del ideario de la izquierda. Es más, debería ampliarse a un patriotismo universal que, a través del orgullo que nos proporcione la diversidad de los pueblos de nuestro planeta, nos impulse a extender los mismos derechos que deseamos para nuestros compatriotas a todos los rincones de este | |
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08-12-09 12:52 | #4070576 -> 4064065 |
Por:FULANITODETAL ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: EL ORO DE MOSCU Uso del depósito .En el Archivo Histórico del Banco de España se conservan los documentos del llamado «dossier Negrín», entre los que se encuentran los registros contables e informaciones sobre las cuentas de la operación y que fueron entregadas por su hijo, Rómulo Negrín al gobierno de Franco el 18 de diciembre de 1956. Esta documentación ha permitido a los investigadores reconstruir lo que ocurrió tras la recepción de las reservas españolas en Moscú, cuando los soviéticos fundieron las monedas, transformándolas en barras de baja aleación de oro (cobrando un precio exorbitante por hacerlo) y aprovisionando, a cambio, las cuentas bancarias de la Hacienda de la República en el extranjero. Negrín firmó 19 órdenes de venta consecutivas entre el 19 de febrero de 1937 y el 28 de abril de 1938, dirigidas a los sucesivos comisarios del Pueblo para las Finanzas: G.F. Grinko (hasta mayo del 37), V. Tchoula (hasta septiembre del 37) y A. Zverev (hasta el final de la guerra). En ellas, el valor de la onza de oro troy, al curso del día de la orden de venta en el mercado de Londres, era convertido en libras esterlinas, dólares o francos franceses según el cambio de la City. Según Martín Aceña, en 1937 se vendieron 415 toneladas brutas (374 de oro fino), entre enero y abril de 1938 otras 58 , y, de las restantes, 35 fueron separadas del depoósito original para constituir un segundo depósito que garantizaba un crédito de 70 millones de dólares. Así, en agosto de 1938 restaban 2 toneladas. La República obtuvo de las ventas de oro un total de 469'8 millones de dólares, 131'6 de los cuales quedaron en la URSS para saldar diversas compras y gastos. Los rusos se quedaron un 2,1% en concepto de comisiones y corretajes, y otro 1,2% en concepto de transporte, depósito, fundición y refino: en total, menos de un 3,3%, unos 14,5 millones de dólares. El 72% restante, 338,5 millones, fueron transferidos a la Banque Commerciale pour L'Europe du Nord, o Eurobank, de París, la organización financiera soviética en Francia, propiedad del Gosbank, el banco nacional de la Unión Soviética. Desde París, los agentes del Tesoro y diplomáticos pagaron las compras de armas y materiales adquiridos en Bruselas, Praga, Varsovia, Nueva York y México, entre otros lugares. Con el oro español depositado en Moscú, los soviéticos mudaron el carácter de su ayuda y reclamaron inmediatamente al Gobierno republicano el pago de los primeros envíos, que aparentemente habían llegado como un regalo para combatir al fascismo internacional. Stashevski reclamó a Negrín 51 millones de dólares de deuda acumulada y los gastos de transporte del oro de Cartagena a Moscú. En la zona sublevada, las ayudas alemana e italiana tampoco fueron desinteresadas y tuvieron que ser pagadas, si bien alemanes e italianos permitieron que Franco fuese satisfaciendo la deuda una vez acabada la guerra. Autores como Guillermo Cabanellas, Francisco Olaya Morales o Ángel Viñas critican la actuación y comportamiento de los soviéticos: La Unión Soviética ofrece su ayuda a los republicanos, pero exige que el pago sea efectivo. Se desploma así todo idealismo. Rusia ha puesto su mirada de buitre en las reservas acumuladas en los sótanos del Banco de España (...) Rusia realiza un contrato mercantil en que una de las partes fijaba a otra condiciones leoninas. La Unión Soviética enviaba, abonándosele a un alto precio, material que, en definitiva, serviría a los rusos para probar su eficacia. Los historiadores que han accedido al Archivo y al «dossier Negrín» creen que se puede afirmar que los soviéticos no abusaron de su posición ni estafaron a los españoles en las transacciones financieras, pero que tampoco hicieron concesión alguna; en palabras de María Ángeles Pons: «nada obtuvo gratis la República de sus amigos rusos» pues se encuentran registrados todo tipo de gastos y servicios facturados al gobierno. Sin embargo, autores como Gerald Howson sostienen la existencia de una estafa soviética en la gestión del depósito en Moscú, en la idea de que Stalin habría hinchado el precio del material de guerra vendido manipulando los cambios de rublos a dólares y de dólares a pesetas, cargando los tipos de cambio internacionales hasta un treinta y un cuarenta por ciento. En todo caso, Negrín ni estudió ni custodió los comprobantes de las compra de material militar para asegurarse de que fuese el necesario, y no el que los consejeros soviéticos consideraban oportuno, para asegurar su correcta distribución en el frente y para asegurar su calidad y precio. También se habla del poder omnímodo que ejercieron entonces los comunistas, aprovechando la presión que podía ejercer la Unión Soviética con el control del oro. Según José Giral, a pesar de tener pagadas todas las compras de armamento, la Unión Soviética no enviaba ningún material si el gobierno de la República «no accedía antes a que fueran entregados a los comunistas importantes puestos militares y policíacos». Ángel Viñas llegó a la conclusión de que el depósito de oro se agotó menos de un año antes del final de la Guerra Civil, gastándose íntegramente en pagos de armamento (incluyendo los costes de la operación). Autores como Martín Aceña u Olaya Morales critican los modelos hipotéticos de Viñas, que en su opinión carecen de pruebas que los validen al cien por cien, resultando por el momento imposible afirmar si fue así. Si, efectivamente, el depósito de oro fue íntegramente vendido a los soviéticos, queda no obstante sin responder la cuestión del gasto de todas las divisas generadas por la venta del oro y transferidas a la Banque Commerciale de l'Europe du Nord de París, ya que no se ha encontrado ningún documento, soviético o español, referente a tales operaciones. Martín Aceña concluye que «la investigación del oro no se ha cerrado del todo». En cualquier caso, agotado el oro, el escaso crédito de la República se esfumó. | |
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08-12-09 13:43 | #4070929 -> 4070576 |
Por:mangasverdes ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: EL ORO DE MOSCU Cerca de 1.500 familias descubrieron hace cuatro años que compartían un papel que habían guardado durante 70, un recibo con la leyenda: Fondo de papel moneda puesto en circulación por el enemigo. Se reunieron en la Asociación de Perjudicados por la Incautación del Gobierno Franquista, y juntaron todos aquellos papeles raídos, con las cantidades que los vencedores les habían arrebatado escritas a mano. Sumaron 14 millones de euros. Hoy, los hijos del enemigo, de los rojos, reclaman al Estado que se los devua Con el dinero robado se pagaron pensiones a víctimas del bando nacional Los partidos políticos y los sindicatos sí recuperaron durante la Transición lo que Franco les había arrebatado, como también lo han hecho familias judías alemanas, ortodoxos rusos y más víctimas de otras dictaduras del siglo XX. Para compensar a los judíos expoliados por los nazis, se crearon tras la II Guerra Mundial, por ejemplo, comisiones especiales para ajustar las cuentas y devolver a cada uno lo suyo, y aún hoy se resuelven casos por vía judicial. Otras democracias como la argentina lograron devolver los bienes, tarea más fácil con una dictadura más reciente. ¿Son 70 años de espera demasiados para actuar hoy? El Gobierno lo rechaza por difícil. Para las familias nunca será tarde, una posición que llevó recientemente CiU al Congreso. Roberto Rodríguez, de 68 años, lleva toda la vida regentando una humilde pensión en Madrid, pero es un hombre rico. Lo dicen dos viejos papeles, los recibos de las 9.000 y 9.535 pesetas que su padre y su abuelo tuvieron que entregar a Franco "el tercer año triunfal". Era un fortunón para la época y lo sería hoy, en euros. Su familia lo entregó dócilmente en el Ayuntamiento de Cabeza de Mesada (Toledo) porque tenía miedo y, por el mismo motivo, nunca se atrevió a reclamarlo: "Se arriesgaban a que los mataran por rojos. Bastante era haber salvado la vida. A mi tío Lázaro lo fusilaron en 1939. Mi padre tuvo también que ir a entregar su parte: 7.000 pesetas. ¿Qué republicano iba a atreverse a pedirle nada a Franco? ¡Mi padre habría dejado ocho huérfanos!". Que hubiesen enterrado a los dueños de aquel dinero en fosas comunes tras haberlos fusilado de espaldas nunca fue impedimento para que reclamaran su dinero y sus bienes. "Abrieron expedientes a los muertos sólo para quedarse con el dinero. Se lo quitaban a las viudas, a los hijos", explica el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova. "Fue una rapiña. Y con ese dinero empezó a pagar Franco la reparación de las víctimas de su bando (protección de fosas de nacionales, pensiones, ayudas, becas...). El estanco del republicano pasaba a ser del ex combatiente, y los vencedores se repartían el dinero de los vencidos". Los ganadores arrebataron a los perdedores todo cuanto tenían. Fusilaron a decenas de miles de padres de familia, expoliaron a las viudas, recaudaron sin miramientos el dinero imprescindible para alimentar a sus hijos durante la posguerra, les despojaron de su medio de vida, su oficio, depurando a los maestros, requisando los pequeños comercios, bares, restaurantes que tenían, y todo, por ley. Un BOE de septiembre de 1938 da cuenta de las órdenes al Banco de España para requisar el dinero rojo. Con ese documento, las familias afectadas acuden 70 años después al Gobierno. "Si nos lo quitó el Estado, nos lo ha de devolver el Estado", repite Lidia Jiménez, tesorera de la asociación de afectados. Franco utilizó dos mecanismos para empobrecer y humillar al enemigo: las juntas provinciales de incautación, que fue abriendo como sucursales según avanzaba su ejército, y la Ley de Responsabilidades Políticas, a la que recurrió como un método de represión, pero, sobre todo, de incautación. "Así es como hizo su botín", explica Casanova. "La ley buscaba responsabilidades políticas, pero en realidad era un mecanismo confiscador. Muchas veces iban a por alguien porque tenía dinero. Hasta 1941 se abrieron unos 125.000 expedientes, y, después, otros 200.000. Imponían penas privativas de libertad, pero sobre todo, económicas, requisando sus bienes y obligándoles a pagar multas muy fuertes. Y la Ley de Responsabilidades Políticas fue también un método para saldar cuentas. Unos vecinos se denunciaban a otros para quedarse luego con su bar, su pequeño comercio...". Y con todo, aquel millar de familias logró salir adelante. "Mis padres sufrieron mucho. Mi padre volvió muy enfermo de luchar en el frente y poco después mi madre tuvo que entregar las 7.300 pesetas que tenían ahorradas en el Ayuntamiento. Se quedaron sin nada. No teníamos ni para comer", relata María Casals, de San Vicente de Castellet (Barcelona). "Recuerdo una vez que mi padre pasaba en tren por delante de mi casa. Venían de Valencia y me lanzó unas naranjas. No pude coger ni una porque empezaron a salir unos niños hambrientos de todas partes y se las llevaron todas. Mis padres lo pasaron muy mal. Sin trabajo, sin dinero, después de una guerra... Salimos adelante porque siempre hay gente buena y el dueño de una tienda nos permitía comprar sin dinero, con la promesa de ir devolviéndoselo. No sé si entonces sabría lo que nos había pasado, porque la gente no hablaba de esas cosas, por miedo, pero nos ayudó". María, como Roberto, no necesita ahora ese dinero como entonces le urgía a sus padres para sobrevivir. "Pero mis padres sufrieron mucho injustamente y estarían contentos de que yo esté peleando por ellos", explica María. Para Roberto es una cuestión de dignidad: "Toda la vida fuimos los apestados, los rojos. Nos miraban como si lleváramos el diablo encima. Parece que les estoy viendo... Si quiero recuperar ese dinero es para dignificar a mi familia, pagar por lo que tuvo que sufrir". "Es suyo", repite Lidia Jiménez. "Esperamos a que llegara la democracia, porque pensamos que la democracia lo pondría todo en su sitio. Los partidos políticos y los sindicatos recuperaron lo que les habían quitado, y nosotros no. Seguimos esperando, después, a que se aprobara la Ley de Memoria Histórica, y tampoco nos incluyó. ¿Cuánto más tenemos que esperar? ¡Que lo solucionen ahora, que los afectados aún están vivos! Vamos contrarreloj porque son gente muy mayor y no están pidiendo subvenciones, están reclamando lo que es suyo. Y ese dinero está en las arcas del Estado porque fue el Estado el que nos lo incautó". Lidia se enfada. "Todos los partidos políticos nos han dicho que entienden nuestro caso y el daño causado, pero nadie se atreve a solucionarlo. ¿Por qué a otros sí y nosotros no?". Recientemente, el diputado de CiU Jordi Xuclá pidió a la Comisión Constitucional del Congreso votos para aprobar una proposición no de ley para elaborar un censo de perjudicados por las incautaciones franquistas y tratar de resarcirles. "Este Parlamento reparó a los partidos políticos y a los sindicatos", y "por vergüenza" no ha sido capaz de reparar a los ciudadanos de la España de los vencidos, añadió. PP y PSOE votaron juntos en contra de la propuesta. El socialista Jesús Quijano alegó que la elaboración de ese censo podría despertar en los perjudicados falsas esperanzas y que, en cualquier caso, no había pruebas documentales que permitieran devolver el dinero incautado durante el franquismo. CiU también solicitó que se reparara al clero afectado por las colectivizaciones anarquistas de 1936. Franco entró vencedor en España, y se sirvió. De todo cuanto había. Robó a los ricos y a los pobres; a los políticos y a los agricultores. "Por ejemplo, las máquinas del periódico Solidaridad Obrera, que en Barcelona competía con La Vanguardia, pasaron a manos de los vencedores y empezaron a imprimir Solidaridad Nacional", relata Casanova. Por supuesto, el dictador también se apropió del patrimonio de los partidos y los sindicatos, como CGT y UGT, que habían acumulado mucho dinero con las cuotas de sus afiliados además de disponer de numerosos inmuebles. Los pactos de la transición permitieron que los recuperaran, no así las familias republicanas o las élites que habían huido al exilio, como el propio jefe del Gobierno de la República, Juan Negrín. Su nieta, Carmen Negrín, sigue peleando en los tribunales por aquel patrimonio. "Eran más de 25 propiedades, algunas muy importantes, sobre las cuales han construido, vendido y vuelto a vender. Los compradores, inclusive cuando es el Estado, suelen decir que lo compraron legalmente. El vendedor, obviamente, por lo general era algún amigo del régimen. ¿Su valor? Varios centenares de millones de euros actualmente". Para Carmen Negrín esa pelea es "una cuestión de principios". "Cuando yo era niña y le preguntaba al abuelo: '¿Por qué no vamos a ver dónde vivías antes?' , se reía y decía que ya no había nada que ver. En cierta forma, tenía razón. Después he sabido que seguía el tema de lejos". Su padre puso a una de sus empresas el nombre de una de las fincas que les habían robado, y uno de los tíos de Carmen, Juan, luchó en nombre de los herederos por recuperar los bienes. "En cierta forma, pienso que mi padre y mis tíos han sido posiblemente más afectados que mi abuelo, que era más realista. Había luchado por la República, pero ya no estaba dispuesto a luchar además, por lo suyo personal. Miraba hacia el futuro, y por eso, para él, lo más importante era que cada uno de nosotros tuviera una educación que nos permitiera ser autónomos, sin contar con nada de otra vida anterior". ¿Tienen alguna oportunidad estas familias de recuperar lo que es suyo? "En otras dictaduras con procesos de incautación fuertes, como la argentina, este tema se ha solucionado, pero había pasado muy poco tiempo. Aquí el gran problema son los 70 años de diferencia", explica Casanova. "La gran élite política de la República murió en el exilio. Si hubiesen vuelto al morir Franco, no sólo podrían haber iniciado ese proceso de reparación en la transición, la hubiesen protagonizado". Los judíos reclamaron los bienes que les habían arrebatado los nazis en las comisiones de compensación, creadas nada más terminar la guerra. Los que perdieron aquella oportunidad todavía reclaman sus bienes por la vía judicial, sobre todo, obras de arte. "El modelo de reparación de las expropiaciones es muy amplio, e incluye a las dictaduras comunistas. "En la antigua URSS se prohibió la religión y requisaron todos los bienes de la Iglesia. Con el tiempo han recuperado su patrimonio. La Iglesia ortodoxa ha salido muy fortalecida de esa reparación", añade Casanova. "Pero aquí el problema es el tiempo". | |
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