Foro- Ciudad.com

Escalona - Toledo

Poblacion:
España > Toledo > Escalona
04-12-09 20:26 #4047675
Por:C0RRELINDES

La Monarquia

I. LA MONARQUÍA
«Durante la Monarquía —recuerda Baltasar Montenegro— la nación no producía; la gente no tenía dinero y la nación tampoco.»

1. La situación económica

El campo

«El medio de producción fundamental y el recurso principal era la tierra —continúa Baltasar Montenegro, labrador de Cuenca—. Las gentes solían mantenerse de ella y se autoabastecían de sus productos principalmente. La rentabilidad de la tierra era muy escasa y por lo tanto la producción era mínima. Los cultivos más usuales eran patatas, legumbres y cereales».

El jornal era de medio duro, o sea, dos cincuenta pesetas (unas mil o mil quinientas pesetas de 1993, tres o cuatro euros de 2000), y la fanega de trigo (unos 55,5 kilos) se pagaba a 17 ó 18 pesetas.

«Se vivía muy arrastradamente —declara Francisco Bodas, de Belvís de la Jara (Toledo)—. Los más adinerados vivían bien, pero los obreros no. Todos los beneficios del campo eran para el propietario. El campo tenía mucha importancia para los trabajadores.»

Se trabajaba de sol a sol, de ocho o nueve de la mañana hasta bien entrada la noche, con un jornal de diez reales, que no daba ni para comer; hasta que llegó la República no se ganó un duro. Un pastor ganaba cuatro ovejas, dos litros de aceite, una fanega de harina y tres duros al mes, y lo mismo ganaba un yegüerizo. El hortelano ganaba muy poco, que de la huerta no se podía coger nada; todo era para el amo, que sólo cultivaba lo preciso.

Con diez reales se podía comprar una mitaílla de aceite (un octavo de litro). Un kilo de sandía costaba once perras chicas (cincuenta y cinco céntimos); y tres lechugas, una perra gorda (diez céntimos).

En algunos pueblos los obreros se sentaban en la plaza desde primera hora a la espera de ser contratados. El que no lo conseguía tenía que irse por una carga de heno o una de bellotas, según la época. Con suerte podían trabajar uno o dos días a la semana. «Antiguamente el que tenía una parcela era como el que tenía un tesoro.»

Ana Delgado, en Miajadas (Cáceres), ganaba diez pesetas como doncella en casa de un terrateniente; luego, con la República, le subieron a quince.

La ciudad

Julián Prieto emigró de Valdepeñas a Madrid en 1925 a la edad de catorce años y se puso a trabajar en una bodega con un jornal de setenta céntimos y once o doce horas de jornada. Con la llegada de la República el salario le subió a tres pesetas.

En 1925, a la edad de trece años, Virgilio Bermejo se trasladó desde su Segovia natal a Madrid (que era muy frecuente en aquella época la emigración desde los pueblos y ciudades de la periferia a los grandes núcleos urbanos), donde se puso a trabajar en una taberna por setenta céntimos diarios y una jornada de doce horas. Luego, con la República, llegó a ganar tres pesetas «al aumentar los republicanos el salario de los obreros.»

Ciriaco Gismera Rodrigo llegó a Madrid desde un pueblo de la sierra de Guadalajara en 1927, a la edad de once años, y, como sabía leer y escribir, se empleó en una tienda de ultramarinos con una jornada de catorce a dieciséis horas. Allí tenía otros dos compañeros que lo introdujeron en la Casa del Pueblo de Vallecas donde por primera vez conoció los ideales socialistas y comunistas.

Su padre, Agapito Gismera, que se vio forzado a la emigración por problemas que tuvo con los terratenientes del pueblo, se puso a trabajar «como jornalero en el carbón.» Se levantaba de madrugada, que, dada la abundancia de mano de obra, era menester andar vivo. Todas las mañanas los peones se reunían en la zona industrial a la espera del patrono. «Una vez colocados en fila, éste decide cuidadosamente y eligiendo mediante el sistema de dedo a aquellos que trabajarán hoy con él y recibirán un jornal. Los trabajadores elegidos aceptarán sin discusión el nuevo trabajo, así como las horas que han de pasar en él. Los otros se veían obligados a regresar a casa con la esperanza de ser elegidos al día siguiente.»

Cuando Agapito conseguía trabajo, la comida de la familia estaba asegurada; si no, «era fácil cambiar algo de carbón (?) por pan u otros alimentos.»

También las hermanas de Ciriaco empezaron a trabajar desde muy jóvenes como doncellas en casas de clase media, «tales como médicos, abogados. Su sueldo era muy bajo y por supuesto no tenían derecho a ningún tipo de seguros sociales.»

José Rodríguez Aparicio, aprendiz de carpintero hacia 1920, cobraba en Madrid siete pesetas semanales y considera que las clases pudientes abusaban de las clases trabajadoras. Cuenta que el ramo de la madera hizo una huelga de veintisiete semanas para reclamar un aumento de salario y no consiguió nada. No obstante, cree que la vida de entonces era más fácil que la de ahora, aunque no hubiese tantas comodidades.

A Joaquín Criado se le tenía en opinión de persona de talante liberal y progresista y, desde la altura de sus noventa y ocho años, «aún recuerda con cierta nostalgia sus luchas y aspiraciones a algo, que hoy casi consideramos un derecho natural, como es la jornada laboral de ocho horas. También luchó porque toda persona honrada y trabajadora tuviese derecho a vivir con dignidad.»

La vida cotidiana

En aquella época, antes de la guerra, había muchas fiestas —San Isidro, la Paloma, el Carmen, San Juan— con verbenas que solían durar ocho o diez días. También había muchas salas de baile; estaban de moda el charlestón y todavía el tango; el chotis con organillo se bailaba mucho.

Las calles tenían otros nombres, «como la calle Pi y Margall que es la actual Gran Vía.»

Los toros y el fútbol eran las diversiones de la gente: El 15 de mayo de 1925, en el estadio Metropolitano de Madrid, tuvo lugar el primer partido que España ganó a Inglaterra; el resultado fue de 4 a 3.

«Todo se difundía a través de la prensa; había muchos periódicos: el ABC, el Imparcial, El Debate, que era casi todo de política, (derechas), la Libertad (liberal), El Sol, el Heraldo de Madrid, que daba mucha información, (izquierdas) y La Voz sin tendencia definida. Costaban diez céntimos. Salían tres periódicos por la mañana y tres por la noche.

También había revistas: El mundo gráfico, el Nuevo Mundo, La esfera, que salía los domingos y valía una peseta, en tanto que los otros costaban treinta céntimos.

En la cuesta de San Vicente había un salón de cine llamado Cinema España. La películas, como La moneda rota y Los tres mosqueteros, eran por capítulos; cada semana daban un capítulo que valía quince céntimos.

La leyenda de El Pernales

Ana Delgado cuenta que en Miajadas había un ladrón, que llamaban El Pernales, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Una noche se presentó en casa del amo de sus padres y «le pidió todo el dinero que tenía que pagar a sus pobres trabajadores.» El amo se lo entregó y El Pernales lo fue repartiendo entre los pobres. El padre de Ana quiso devolver a su amo, por prudencia, el dinero que le había entregado El Pernales, pero el amo no se lo aceptó. Las autoridades buscaban a El Pernales, pero no lo atraparon hasta que se casó con la hija de un pastor y tuvo, a su vez, una hija. Pasó veinte años en la cárcel y ni siquiera lo dejaron ver a su hija el día de su boda. Y dicen que se lamentaba así:

—Tanto —decía—, tanto que he hecho yo por los pobres hambrientos. Tanta gente que mata por ahí, y a mí, que solamente robaba para los hambrientos, me meten en la cárcel.

2. La educación

«La gran mayoría de la población era analfabeta.» Muchos niños no acudían a la escuela o lo hacían sólo hasta los diez u once años en que se ponían a trabajar; en algunos casos iban, hasta los catorce o quince años, a unas escuelas nocturnas recién creadas. Se estudiaba la Cartilla, primera, segunda y tercera, y luego el primer Libro de Cuentas. Como mucho se llegaba a dividir.

Un barbero de Burgos de la quinta de 1930 refiere que hizo el servicio militar en Melilla y allí aprendió a leer y contar. «En algunos acuartelamientos había cine —añade.»

En Miajadas «prácticamente todos los muchachos eran analfabetos; algunos iban a cumplir el servicio militar sin saber leer ni escribir.» Ana Delgado «iba a la escuela, pero sus padres no querían; preferían que trabajase; trabajaba de madrugada cogiendo aceitunas y ganaba un real.»

Juana Mora Cardo, vecina de un pueblo de Cuenca, tenía treinta y cuatro años cuando estalló la guerra y nunca fue a la escuela, como era la mayor de sus hermanos, sino que desde muy pequeña se dedicó a trabajar la tierra, según uso de la gente de su generación.

Emilia Corrales recuerda cómo entre los seis y diez años recorría todos los días tres kilómetros para ir a la escuela, desde la finca Veczalejos (donde su padre llevaba un negocio de compraventa de pieles) hasta Serradilla (Cáceres), con peligro de un arroyo que a veces bajaba crecido y de los bandidos que había en la zona.

3. La crisis del sistema

«El colapso del orden público comienza en Madrid y Barcelona.»

Eugenio Alonso Martín era de la quinta del 23 y salió excedente de cupo; pero, como tras el desastre de Annual hubo que mandar tropas a África, lo llamaron a filas y estuvo cuatro meses en el Regimiento del Rey, que estaba en el Puente de Vallecas. Fue, sin embargo, un servicio militar cómodo porque dormía en casa y sólo aparecía por el cuartel cuando tenía servicio. Hacía guardias en el Palacio Real.

Su opinión sobre la monarquía es negativa: «Nadie estaba contento con la monarquía. No te dejaban hablar. Estabas en un bar y, si te oían hablar, venía la policía y te llevaba. Si eras comunista también. Como cuando Franco... Nadie quería a Alfonso XIII. Todo el mundo quería una república.»

Cabeza de Buey, en la provincia de Badajoz, «era un pueblo importante ya que tenía estación de ferrocarril y varias líneas de caballería con otros pueblos más pequeños de alrededor; también tenía telares... Había grandes terratenientes dedicados a la ganadería que exportaban lanas.»

La familia de Encarnación Romero regentaba la fonda de la estación, que era de su propiedad; «tenía buena posición en el pueblo, tenían buenas amistades y el padre, además, era socio del casino... Tenía ideas republicanas, pertenecía a la U.G.T. y todas las semanas iba a sus reuniones.»






Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
Calle de los Molinos Por: nelos 08-05-12 19:46
nelos
0
“ESTO SE PODIA HABER EVITADO” Por: luismgon 21-07-10 09:16
pelemeese
10
La II República Por: C0RRELINDES 04-12-09 22:00
C0RRELINDES
0
Movimiento en el psoe local Por: escalonero 17-09-09 17:10
peke69
29
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:07/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com