Versos - La luminaria Víspera de S. Miguel, trae la cosa necesaria para hacer la luminaria, que aquí tiene mucho aquel. Es costumbre centenaria y pondremos nuestro empeño, como todo buen carpeño, en hacerla extraordinaria. Quemaremos los rencores, los odios y las envidias, maledicencias e insidias, la zafiedad y sinsabores. Que todos juntos se vayan lo más lejano posible a un lugar inaccesible a ver si allí ya se encallan. Una vez purificados por el calor de ese fuego, nos juntaremos y luego alimentos cocinados en las ascuas de esa lumbre comeremos bien contentos, y los que estemos sedientos por culpa de la costumbre de beber algunos chatos, también lo haremos con ganas que son costumbres muy sanas y de sabores muy gratos. Después vendrá el chocolate con churros y así la fiesta termina, aunque luego cuesta digerir tal disparate. Ya no se encuentran pandillas de niños pegando palos a las lumbres, porque malos no los hay, ni cabecillas que eran los que iban al frente de esas huestes arriscadas, que ponían desparramadas las ascuas, que era frecuente. Llegaban disimulando y escondiendo alguna caña detrás y se daban maña para irse colocando lo más cerca que podían de la lumbre y a un descuido y sin hacer mucho ruido, la pegaban y salían corriendo entre risotadas hacia otra, para hacer lo mismo y luego correr dando sus buenas zancadas. Cristino Vidal Benavente.
|