Versos - La liebre y el conejo Una liebre y un conejo una noche se encontraron y ambos a una exclamaron ¿de dónde salió este espejo?, pues los dos aparentaban como si sólo uno fueran, aunque realmente eran dos seres que se miraban. Pero en esto, un movimiento del conejo demostró que no eran el mismo yo y así la liebre al momento dijo con burla al conejo, mirándole cara a cara que se fuera y la dejara, ya que sólo era un reflejo. El conejo al responder la dijo, ¿pero qué pasa, si tú no tienes ni casa donde te puedas meter?, pero si a mí me persiguen los perros que me rastrean sólo hasta casa olfatean, pero entrar no lo consiguen y así tan seguro vivo saliendo cuando me peta, huyendo de la escopeta de algún cazador furtivo. - Pero muy lejos no puedes alejarte del vivar, pues éste te va a obligar a que cerca de él te quedes; en cambio yo determino, por no estar en agujero, el correr por donde quiero, trocha, vereda o camino. Y tengo más libertad corriendo por todos lados, barbechos, rastrojos, prados, haciendo mi voluntad. -Eres liebre, libre no, respondió pronto el conejo y ahora te doy un consejo, pero ni la boca abrió, pues dos disparos se oyeron y a los dos les tocó en suerte enfrentarse con la muerte, ya que ambos a una cayeron. Si no hubieran discutido quizá se hubieran salvado, al haberse percatado de algún delator sonido. Cristino Vidal Benavente. |