Versos - El soldado valiente Terminada la batalla, aquel valiente soldado tan extenuado se halla por lo mucho que ha luchado, que cae al suelo rendido y al cabo de unos segundos con placidez se ha dormido y en unos sueños profundos rememora aquel combate disputado con fiereza, que el enemigo y su embate confirmaron la firmeza que se esperaba de él, pero gracias al valor, y el saber bien su papel del general defensor, los soldados atacantes no consiguieron entrar donde esperaban, triunfantes y en la plaza desfilar. El soldado referido luchó con tanta bravura, que fue tres veces herido y usó su cabalgadura, misma que luego perdió, para llevar la bandera que fuertemente abrazó y en alocada carrera la llevó a campo enemigo cambiándola por su enseña, la cual se trajo consigo y todo esto es lo que sueña. A su lado, un camillero, cuando le vio bien despierto le dijo “vente ligero, que creí que estabas muerto. La batalla se ganó gracias a tu valentía, porque el enemigo vio de nosotros la valía y prefirieron huir y abandonar la batalla, sin querer ya combatir con soldados de tu talla. Ven conmigo al botiquín y tus heridas curamos, que luego en un gran festín la victoria celebramos”. Entrando en la enfermería el médico se dispuso con singular maestría a poner y luego puso al soldado una inyección, pero cuando éste notaba que le bajó el pantalón y en la nalga le pinchaba, cayó desmayado al suelo y recobrado el sentido de nuevo le entró el canguelo cuando vio que había venido el médico nuevamente y por eso se desmaya aquél que fue tan valiente en la reciente batalla. Para bien o para mal, en algunas ocasiones no se reacciona igual, yo no sé por qué razones. Cristino Vidal Benavente. |