Versos - El ruiseñor Muy dentro de la espesura sentí a un pequeño cantor, un tímido ruiseñor tan lleno de donosura, que al viento echaba sus trinos y la gente que pasaba, oyéndolos se extasiaba como si fuesen divinos. Salían tan armoniosos, tan acordes, tan suaves, que incluso a las otras aves les sonaban suntuosos. Muy pronto en la madrugada y cuando muere la tarde, el ruiseñor hace alarde y lanzaba su tonada y quien lo oyera una vez otras veces acudía a escuchar su melodía y gozar su placidez con inusitado encanto, pues nadie jamás ha visto un pájaro tan provisto de virtudes para el canto. Este ave tiene, encima, orgullo de tal calibre que siempre desea estar libre, siendo lo que más estima, pues enjaulado no quiere aunque la jaula sea de oro; lo considera un desdoro y de tristeza se muere. Qué lección de libertad nos da este ser tan pequeño, que prefiere ser su dueño y vivir en soledad, pero hace lo que le gusta sin permitir ser esclavo de nadie, por lo que alabo esa pretensión tan justa. Cristino Vidal Benavente. |