Versos - El amor de las estrellas En mi pueblo hubo un señor que hablaba con las estrellas, decía que muchas de ellas están allí por amor, que el sol las atrae tanto que de la tierra se fueron y hasta el cielo se subieron, adornando allí ese manto que la noche nos envía cada veinticuatro horas, siendo las anunciadoras de que ha terminado el día. No se pueden acercar al sol, que las quemaría y éste, con galantería, se retira y va a tomar unas cortas vacaciones cada noche hasta la aurora, que con luz arrolladora regresa con emisiones de rayos luminescentes que a la tierra le dan vida y ésta, que es agradecida, crea campos florecientes. Las estrellas allá están por milenios en el cielo formando parte del velo y esperando con afán que un día pueda llegar en que el sol, que es todo lumbre, no las queme y las alumbre lo que vienen a buscar, que es el amor que sintieron por el sol, disco dorado, al que siempre habían amado desde el día en que lo vieron. En las noches misteriosas verás que alguna titila y con rapidez perfila con señales luminosas, un encendido dibujo que vuela como una flecha en trayectoria derecha con inusitado embrujo. Tales caminos los hacen al pretender alcanzar al sol en su caminar, que las quema y se deshacen. Otras veces muchas juntas como si fueran un lienzo, las noches por San Lorenzo todas terminan difuntas, pues hace mucho calor y así por eso obedecen a sus instintos y crecen sus deseos con tal furor, que olvidan cuál es su rol y unas a otras se citan y juntas se precipitan en la órbita del sol. Cristino Vidal Benavente. |