Versos - Máximas 10 “Digo toda la verdad” nos asegura el político, mas visto con ojo crítico no llega a cuarto y mitad. Lo que nos dices ahora es lo contrario de ayer. Así ¿quién te va a creer? ni siquiera tu señora. Es bonito si está lejos, se acerca y ya no lo es, pues lo mismo es lo que ves como si fueran espejos. Si cuando hablo no me escuchas lo que te quiero explicar nunca me podrás quitar mis penas, que ya son muchas. Te prometí con gran fe que un gran dragón mataría, pero ya no los había; en otra ocasión lo haré. Yo no sé de qué te quejas si te doy lo que me pides y de los dos tú decides, aun las cosas más complejas. Hemos tenido la suerte de nacer en este Edén, donde se vive tan bien del nacimiento a la muerte. Te das cuenta que eres viejo cuando la gente decide que lo eres y te pide que le des algún consejo. Fuera la palabrería, abajo la palabrota, que la palabra que brota sea obra de orfebrería. No quieras ser el custodio de hechos que no son tuyos, ni entiendes siquiera y cuyos recuerdos generan odio. Lo que se puede medir, también contar y pesar a nadie puede engañar; del resto es fácil mentir. A los hombres, muchas veces modifican su destino equivocando el camino los fallos de algunos jueces. Las cosas son como son aunque algunos no lo crean; por muchísimos que sean, eso no da la razón. Dijo hace tiempo un abad: si el hábito al monje no hace no veo que exista enlace entre verdad y cantidad. Yo no quiero que me venzas en algunas discusiones, pero con buenas razones quizá al final me convenzas. Cuando te encuentres muy triste, olvidarás tu tristeza si sacas de la cabeza lo malo que en ella existe. Si no miras y lo ves no constituye problema, es preferible que el tema sea así y no al revés. Procura saber por dónde tu enemigo atacará, pues él no te lo dirá y menos dónde se esconde. Si por tu sola presencia hay gente que se fastidia, no te apures, que es la envidia que aumenta su impertinencia. Cristino Vidal Benavente. |