Cosas del pueblo - Los aledaños de El Carpio Primero vamos al norte, donde está la carretera que como fue la primera, es la que tiene más porte. Por ella se va a La Mata y también a la estación y dignos de contar son cosas de gente insensata, que cuando pasaba el puente había que echarse a temblar y disponerse a frenar según contaba la gente, pues tanto peligro había si conducías a cincuenta, que quien lo hace no lo cuenta y si lo cuenta no hacía. También “el jardín” estaba, huerta de la tía Inocenta, del que todo el mundo cuenta que las peras se llevaba y es que cuando cae la noche nos íbamos los muchachos a coger grandes empachos de frutas, a troche y moche. También “los cuatro pinotes” estaban por ese lado, que por cierto ya han quitado seguro que cuatro zotes, pues a nadie le estorbaban y hasta allí más de un domingo, la gente iba haciendo el pingo al tiempo que paseaban. Eran buena referencia para medir la distancia y recuerdo que en mi infancia se iba con mucha frecuencia. También estaba la fuente decían que de agua muy fina y el pilón que está en la mina y todo lo llevo in mente. Si salimos hacia el este “el camino Escalonilla” y un barranco que había orilla del que salía mucha peste, porque allí es donde mataban a los burros medio muertos, cansados, cojos y tuertos porque ya no trabajaban. La “era la señorita”, más arriba “el cerro el mono”, ese que parece un cono que tantas veces se cita. Por ese rumbo bajamos y una carretera nueva hasta La Puebla nos lleva, si es que por ella nos vamos. Pasamos por el “barranco de D. Enrique” por nombre y aunque ahora nos asombre no se pasaba de un tranco. Bajando por el reguero llegábamos al arroyo entre cañas como escollo, pues no había ningún sendero. Yo no se si la habrás visto, pero allí de un agujero salía agua de un venero llamado “la fuente Cristo”. Muy cerca queda la dehesa donde íbamos a bellotas y nos poníamos las botas, pues tenías mantel y mesa. Apenas a tiro de honda pasabas por “las tres cruces”, camino que a todas luces iba a parar hasta Ronda. Por este camino llega y por el mismo se va la Virgen que en Ronda está y que amamos con fe ciega. El camino de la barca primero va al camposanto, pero tendamos un manto y tapemos a la parca. Hasta “senderos” sigamos a “la cuesta la Atalaya” y quien quiera que se vaya, que nosotros regresamos para echar hacia el ventorro, donde una copa tomabas cuando por allí pasabas, o bebías en un piporro y en “el ventorro caído” podías muy bien elegir, hacia la fábrica ir y si no estás convencido, hacia la barca derecho si te echas por la derecha, que aunque ya esté algo maltrecha es capaz de sacar pecho. Un camino paralelo al que acabamos de ver, también podemos coger que ni caído del cielo, pasando los Arenales que es donde están las escuelas, donde ya abuelos y abuelas aprendíamos decimales, enteros, mixtos, quebrados, regla de tres, raíz cuadrada, pero mucho más que nada ser alumnos aplicados. Subiendo un poquito más, sin abandonar la acera te encontrarás una era, que en la “del Mellao” estás. Si echas camino adelante y el cansancio se te quita la “huerta la tía Pollita” alcanzas en un instante. Otro camino cercano “del Refugio” se apellida, porque en la misma salida había un refugio allí a mano. Era donde se albergaban los pobres que aquí venían, pues dinero no tenían y con las “gracias” pagaban. También nos lleva hasta el río y en él recuerdo un olivo el “del diezmo”, tan altivo venciendo el calor y el frío. “El camino Mesegar” que ahora mismo es carretera, es por donde hay mucha higuera yendo al “Payón” a parar. También se va hacia Malpica y Vega Santa María y yo seguro diría que es la ribera más rica. Hay una bifurcación por donde corría un reguero, haciéndolo el año entero sea cualquiera la estación. Valdecarreches se nombra y puedo decir con gozo, que es donde se encuentra el pozo que mana tanto que asombra. “El cerro de las Valeras”, que en otros tiempos se dijo que venían a buscar hijo las mocitas casaderas. No puedo extenderme más y es seguro que he dejado lugares que no he nombrado y que me he dejado atrás. Cristino Vidal Benavente. |