COSAS DEL PUEBLO - HOMENAJE A LAS CARPEÑAS DE MI ÉPOCA Voy a rendir homenaje a las mujeres carpeñas con palabras halagüeñas por su buen aprendizaje y procuraré que encaje con la vida que vivieron, aquellos tiempos que fueron difíciles de vivir, pero que cabe decir que en nosotros mella hicieron. Eran aquellas mujeres que son dignas de loar, de incansable trabajar siempre llenas de quehaceres, en el campo o en talleres ayudando a sus mayores repletos ya de dolores por las penurias pasadas y las espaldas cargadas de infinitos sinsabores. Iban a coger guisantes, lo mismo que la aceituna y seguro que ninguna pudo ponerse unos guantes, pues nunca sucedió antes y hubiera sido mal visto, pues del más tonto al más listo en todo tenían que hacer lo que siempre se hizo ayer, que es lo que hacía todo cristo. Como no había agua corriente, con el cántaro al cuadril y con ilusiones mil se llegaban a la fuente, a ver si algún pretendiente la decía qué guapa era, pues es la única manera que se iniciara el noviazgo, si le gustaba el hallazgo y la madre consintiera. A veces te daban pena cuando allá por primavera con la cesta en la cadera de ropa de invierno llena, hasta el arroyo Cedena van a lavar y venían y sólo un día perdían, que limpias siempre lo fueron y muy a gala tuvieron, pues por limpieza lo hacían. Una faldita plisada y quizá blusa de seda, que por cierto bien les queda, es en Santiago estrenada y ya estabas aviada hasta que venga otro año, ya que desde luego hogaño no te va a ver estrenar, pues lo tienes que ganar como ya lo hiciste antaño. Todo lo que te pedían lo hiciste sin protestar con tenacidad sin par, aunque tus fuerzas decían que mucho ya no podían, pero llena de coraje que es tu mejor equipaje y de tu orgullo muy dueña, cumpliste como carpeña demostrando tu linaje. Vinieron tiempos mejores pero ya no los gozaste, pues por tu edad te pasaste y ya no estaban las flores para presumir de olores, pero te queda el orgullo que por el esfuerzo tuyo otras sí lo están gozando y este gozo irán pasando, que también es algo suyo. Cristino Vidal Benavente. |