ANÉCDOTAS CARPEÑAS - PABLO Y VICENTE Pues bien, Pablo mi cuñado junto a su hermano Vicente y alguna más que otra gente, en el campo han merendado. Parece que se bebieron algunos vasos de sobra, ponen manos a la obra y por cardillos se fueron, pues según habían oído los había por todas partes y en ello emplean sus artes, que ellos del campo habían sido. Pablo dice que hay cardillo y que lo van a coger, pues es muy fácil de ver y de conocer sencillo. Cogieron pronto un montón y un saco grande llenaron, tras lo cual se regresaron al pueblo con ilusión. En verdad que los hermanos venían los dos muy contentos por haber cogido cientos de cardillos con sus manos. Los habían visto tan pronto que no comprendían cómo no ha visto ni por asomo lo mismito hasta el más tonto. A la puerta de su casa han descargado ya el saco y al verlo suelta un buen taco Segundo, que por allí pasa. Me cago en tal ¿esto qué es? y señala a los yerbajos. Pues son cardillos bien majos ¿o es que acaso no los ves? Retorciéndose de risa les dice: vaya bigardos que sois vosotros; son cardos no cardillos, les precisa. Si hubieseis cogido setas habrían sido venenosas ¿cómo ocurren estas cosas labrando en las garabetas? Cristino Vidal Benavente |