ANÉCDOTAS CARPEÑAS - LA TÍA MORRONGA Un curioso sucedido me cuentan recientemente, retrato muy elocuente de aquel tiempo ya vivido, cuando milagros querían sin intervención de santos y sólo con los encantos de las palabras que oían. Las máquinas de coser, con agujas y accesorios a más de otros abalorios, vino un hombre aquí a vender. Y pregona el muy taimado que las agujas que vende cosen solas y eso entiende la mujer que lo ha escuchado. A la mujer de este cuento la llamaban la “Morronga” y creyendo esta milonga se va a probar el invento. Y la sesera se estruja eligiendo bien la tela para un pantalón y vuela poniendo en ella la aguja. Se va después a acostar y a la mañana siguiente, se levanta prontamente para el prodigio mirar. Pero a la aguja encontró en la misma posición, sin hacer el pantalón y de tristeza lloró. Luego a sus amigas dijo que el señor la había engañado y con odio acumulado con desprecio lo maldijo. Después dijo la “Morronga” que aquel hombre era un ladrón, un falsario y un carbón “se ponga como se ponga”. Cristino Vidal Benavente |