ANÉCDOTAS CARPEÑAS - ISABEL Julio, mi cuñado, estaba a la puerta de su casa, viendo que barría sin tasa y más que barrer fregaba las aceras de la calle la mujer de Pedro “el Loco,” que en eso se le hace poco hasta el último detalle. Todo barrido tenía menos debajo del coche y le faltaba este broche para terminar el día. Podrías hacer el favor, dijo a Julio la mujer, de un poco el coche correr para que barra mejor. Isabel la llave daba, Julio se puso al volante arrancándole al instante y la marcha atrás probaba, pero no la conseguía y Isabel la preguntaba que la marcha dónde estaba y aquélla le respondía: Seguro que el despistado de mi marido la vio y con las mismas cogió y se la llevó a otro lado. Cristino Vidal Benavente. |