ANÉCDOTAS CARPEÑAS - EL NIÑO JESÚS A Julio Vidal García, por más señas mi cuñado, una cosa le ha pasado que me contó el otro día. Operada la mujer de prótesis de rodilla no puede estar a su orilla, que se la puede romper. Cada uno en su habitación Julio se quiso acostar y se dispone a quitar algo que hay sobre el colchón. Del Niño Jesús se trata y pregunta a su mujer dónde lo puede poner para no meter la pata. Pero no dice qué es y no se acuerda Vidala que al Niño Jesús instala en donde está ya hace un mes. Creyendo que es un cojín le dice que en la basura, que ya acabó su andadura y que ha llegado su fin. Y es que el cojín ya era viejo y estaba deshilachado, su color se había alterado y más parecía un pellejo. Julio lo coge y lo tira y se regresa a su casa y cuando la noche pasa ve a la mujer llena de ira, que le pregunta que dónde ha puesto al Niño Jesús, que la dará un patatús si pronto no la responde. La mujer pierde la calma y grita cada vez más preguntando ¿dónde estás, Niño Jesús de mi alma? Al final termina histérica y a Julio verde le pone por lo que él ve que se expone a una riña más colérica. Pero en Julio no hace mella, respondiendo lo ha tirado y en la basura lo ha echado según le ha mandado ella. Un patatús no la dio, pero a Julio entre sollozos y con los ojos llorosos a por el Niño mandó. Julio va al contenedor mascullando algo muy fuerte, esperando tener suerte y pueda enmendar su error. Revuelve con gran pericia y tras mucho rebuscar lo ha conseguido encontrar, pero lleno de inmundicia. El Niño Jesús estaba tal como lo había tirado, pero se había lesionado, pues un dedo le faltaba. Y Vidala coge un trapo limpiándole con cariño, hasta que ve que su niño le queda la mar de guapo. Cristino Vidal Benavente. |